Irán confirmó este 19 de octubre que ya no se considera sujeto a las restricciones del acuerdo nuclear firmado en 2015 –el Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA)– y formalizó una nueva etapa diplomática alineada con China y Rusia como socios estratégicos. En una carta conjunta enviada al secretario general de la ONU, los tres países afirmaron oficialmente la terminación de la Resolución 2231, que daba marco legal al pacto nuclear.

La resolución, aprobada en 2015, obligaba a Teherán a limitar su programa nuclear a cambio de un levantamiento progresivo de sanciones internacionales. Sin embargo, Estados Unidos abandonó unilateralmente el acuerdo en 2018 bajo la presidencia de Donald Trump, reimponiendo sanciones económicas. Europa intentó sostener el pacto, pero la reciente activación del mecanismo de “snapback” por parte del E3 (Reino Unido, Francia y Alemania) reinstaló sanciones y generó la respuesta iraní.
Giro geopolítico: del aislamiento a la alianza euroasiática
Lejos de retroceder, Irán busca relegitimar su programa nuclear bajo una arquitectura diplomática alternativa a Occidente, impulsando la cooperación con Moscú y Pekín. Teherán sostiene que ya cumplió el plazo estipulado por la Resolución 2231 y que el acuerdo está “legalmente terminado”.
La carta conjunta enviada a la ONU sostiene que el E3 “carece de legitimidad para activar sanciones” porque ellos mismos incumplieron el pacto. El canciller iraní Abbas Araghchi aseguró que Europa actuó “bajo presión de Estados Unidos” y celebró el respaldo diplomático de China y Rusia frente a lo que calificó como “maniobras ilegales”.

Este reposicionamiento converge con la estrategia de cooperación militar y tecnológica que Irán profundiza con ambos países, especialmente en:
- Transferencia de drones y armamento a Rusia para la guerra en Ucrania.
- Proyectos energéticos y comerciales en yuanes con China, en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
- Intercambio de cooperación científica y nuclear de uso dual (civil-militar).
Respaldo del Sur Global y la ofensiva diplomática iraní
Teherán no se limita al eje Moscú–Pekín. Busca sumar legitimidad a través del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), que en su cumbre en Uganda reafirmó “el derecho de Irán al desarrollo nuclear pacífico” y criticó las sanciones unilaterales.

Además, Irán acelera alianzas regionales. Por un lado, con Turquía fortalece cooperación energética, económica y fronteriza, mientras que con Egipto retomó contactos diplomáticos tras décadas de distanciamiento para coordinar posiciones frente al conflicto en Gaza. Además, con Siria mantiene su presencia militar e influencia regional.
¿Hacia dónde va el programa nuclear iraní?
Aunque Irán insiste en que su programa tiene fines “pacíficos”, expertos internacionales advierten que la terminación del acuerdo abre la puerta a:
- Enriquecimiento de uranio sin supervisión estricta del OIEA.
- Producción de centrifugadoras avanzadas.
- Mayor opacidad nuclear mientras aumenta su influencia militar regional.
Irán busca blindarse ante sanciones occidentales mediante un nuevo orden diplomático multipolar, basado en la cooperación con potencias rivales de Estados Unidos. La disputa en torno al programa nuclear no desaparece: cambia de tablero y se proyecta ahora hacia un escenario donde la geopolítica pesa más que el control nuclear.
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