Los ataques de Estados Unidos a embarcaciones supuestamente vinculadas al narcotráfico en el Caribe sur seguramente requerirán más explicaciones luego de que familiares de una de sus supuestas víctimas pidieran públicamente evidencia de que su ser querido estaba involucrado en el negocio ilícito de la droga.
Hasta el momento no se había conocido la identidad de ninguna de las 27 víctimas informadas por la Armada estadounidense en los cinco ataques que condujo contra barcazas de este tipo desde comienzos de septiembre. Aunque todavía no está confirmado que su muerte se haya producido de esta manera, eso es lo que temen los familiares de Chad Joseph.
Joseph era un joven de Trinidad y Tobago que llevaba seis meses residiendo en Venezuela. Aunque su residencia era en Las Cuevas, un pequeño pueblo pesquero de la isla, a menudo cruzaba al país vecino en cortos viajes de barco. A principios de esta semana, dijo a su familia que volvería a casa por este medio. Desde entonces está desaparecido. Su vecino, un hombre identificado como Samaroo por su apellido, estaba con él y también se desconoce su paradero.

La familia teme lo peor después de haber visto como el martes se informaba un nuevo ataque por parte de Estados Unidos sobre una embarcación en el Caribe sur. Las imágenes se difundieron en el mismo estilo que las otras intervenciones: la cámara distante de un dron que sigue el recorrido de una barcaza que cruza el mar hasta desaparecer bajo una tormenta de fuego. El informe oficial decía que habían muerto seis personas, pero no quiénes.
Por eso la madre de Joseph, Lenore Burnley, encabeza los pedidos de su familia por respuestas. También afirman que no se trataba de un narcotraficante. Y que, en todo caso, el derecho internacional conmina a las autoridades a interceptar las naves, “no volarlas”. Hay que recordar que, si bien especialistas en la materia cuestionaron los ataques como ejecuciones sumarias llevadas adelante por una fuerza militar contra objetivos civiles, el gobierno de Estados Unidos lo enmarca en su guerra al “narcoterrorismo”, lo que, aduce, le permite conducir este tipo de acciones dentro de las leyes de la guerra.
Pero estas justificaciones no importan a la prima de Joseph, Afisha Clement, quien se quebró luego de recordar a su familiar como un joven humilde, sereno y una figura paterna para su hija pequeña: “Me siento muy lastimada, ¿sabés por qué? Donald Trump se está llevando a padres, hermanos, tíos, sobrinos de familias. A Donald Trump no le importa lo que está haciendo”.

Qué se sabe de las víctimas de los ataques en el Caribe sur
Aunque el número de víctimas en los ataques que Estados Unidos llevó adelante contra embarcaciones supuestamente vinculadas al narcotráfico en el Caribe sur solo crece desde septiembre, ninguna autoridad reveló los nombres o vínculos con la criminalidad de las 27 víctimas.
El ministro de Defensa de Trinidad y Tobago, Wayne Sturge, debió responder a la presión local por respuestas aduciendo que su país no había recibido confirmación oficial de que ciudadanos locales hubieran sido víctimas. También añadió que, debido a que los ataques se realizaron sobre aguas internacionales, no tienen jurisdicción para investigar.

Previamente, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, denunció que algunas de las víctimas en los ataques eran sus conciudadanos, sin aportar tampoco sus identidades.
La campaña sobre el Caribe sur también presiona a Venezuela, de donde supuestamente salen los cargamentos de droga que Estados Unidos aduce interviene antes de que lleguen a sus costas. Sin embargo, la vicepresidente de este país, Delcy Rodríguez, aseguró el mes pasado en una entrevista que su gobierno desconoce la identidad de las personas que murieron en los ataques, a pesar que haber desplegado contingentes de fuerzas de seguridad e inteligencia en la costa en las últimas semanas como respuesta a la tensión creciente con Washington D.C.
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