El anuncio del CEO de OpenAI, Sam Altman que hizo para Argentina sobre el proyecto anunciado de creación de un centro de Data base, que en teoría es parte del proyecto global Stargate a desarrollarse solo en Estados Unidos, y que supondrá una inversión de 25 mil millones de dólares en algún lugar no determinado de la Patagonia, no parece un proyecto de inversión, sino una declaración de compromiso, en un contexto de anuncios de un proceso electoral, donde, además se está jugando el futuro energético, tecnológico y alimentario de la región.
Las inversiones típicas para estos mega-centros oscilan entre 1.000 y 5.000 millones de dólares por campus completo. Los centros más grandes suelen estar en EE. UU. y China, seguidos por Europa y Asia-Pacífico.

La tendencia actual es hacia la expansión de “campus” hiperescala, con múltiples edificios y capacidad para miles de servidores.
En general, una inversión de USD 25.000 millones se destina a infraestructura nuclear, ferroviaria o energética de escala continental, pensemos que uno de los grandes proyectos en nuestro país, las represas patagónicas de Santa Cruz, Condor Cliff y la Barrancosa, requerirán de una inversión de 5.000 millones de dólares según los acuerdos más recientes.

Según medios especializados, los centros de datos más grandes del mundo por capacidad y tamaño son:
- The Citadel – Switch (Nevada, Estados Unidos)
- Capacidad: 650 MW (puede llegar a 850 MW)
- Área: 668.901 m²
- China Telecom – Inner Mongolia Information Park (Hohhot, China)
- Capacidad: 150 MW
- Área: 994.062 m²
- Harbin Data Center (Heilongjiang, China)
- Capacidad: 200 MW
- Área: 663.000 m²
- Switch SUPERNAP Campus (Las Vegas, Estados Unidos)
- Capacidad: 280 MW
- QTS Atlanta Metro (Georgia, Estados Unidos)
- Capacidad: 70-130 MW
- Área: 90.116 m²
- Lakeside Technology Center (Chicago, Estados Unidos)
- Capacidad: 100 MW
- Área: 102.193 m²
- Utah Data Center (NSA, Bluffdale, Estados Unidos)
- Capacidad: 65 MW
- Área: 130.064 m²
- Apple Mesa Data Center (Arizona, Estados Unidos)
- Capacidad: 50 MW
- Área: 120.774 m²
- Alibaba Cloud Zhangbei Data Center (Zhangbei, China)
- Capacidad: 150 MW
- Área: 667.972 m²

Además de los mega-centros individuales, existen regiones que concentran cientos de data centers y lideran el mercado global por capacidad instalada:
- Northern Virginia (Estados Unidos): El mayor hub mundial, con casi 7 GW de capacidad instalada.
- Singapur: Centro estratégico en Asia-Pacífico.
- Dublín (Irlanda)
- Chicago, Dallas, Phoenix, Silicon Valley (Estados Unidos)
Factores en donde juega nuestra Defensa Nacional.
1. Activos estratégicos y poder nacional
- Los data centers son considerados hoy como el “equivalente digital” de puertos, centrales eléctricas o bases militares.
- Controlar grandes centros de datos implica poder sobre el flujo de información, la economía digital y la infraestructura de inteligencia artificial.
2. Soberanía y seguridad
- La tendencia global es hacia la “soberanía digital”: muchos países buscan que los datos críticos se almacenen y procesen dentro de sus fronteras para evitar riesgos de espionaje, manipulación o dependencia tecnológica.
- La fragmentación de la nube global en “silos nacionales” responde a temores de vigilancia extranjera y a la necesidad de proteger información sensible.
3. Rivalidad geopolítica
- Estados Unidos y China lideran la competencia por el dominio de la infraestructura digital y la IA, imponiendo barreras comerciales, controles de exportación de semiconductores y restricciones a la transferencia de datos.
Podría ser parte de un discurso anti-China, estrategia geopolítica de contención de influencias emergentes en Sudamérica, y que desaliente cualquier alianza profunda con China como lo fue el proyecto nuclear Atucha III, licitado y firmado durante el gobierno de Alberto Fernández, en febrero de 2022, mediante un acuerdo entre la empresa estatal Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA), hoy a punto de ser vendida por el Estado argentino, y la Corporación Nuclear Nacional de China (CNNC), así como el uso de tecnología 5G y 6G Huawei en telecomunicaciones.

- Europa y otros actores buscan modelos alternativos de gobernanza de datos, desafiando la hegemonía de EE.UU y China. La presidente Von der Leyen lo señaló recientemente: “Europa está viviendo hoy mismo una guerra híbrida, donde los ciberataques y los drones que violan su espacio aéreo conviven con amenazas convencionales. Esa es la lógica en la que deberíamos situar la discusión: infraestructura crítica, de valor extraordinario, exige protección integral, física y digital, en clave multidominio”.
4. Vulnerabilidad y defensa
- Los data centers son objetivos potenciales de ciberataques y sabotajes físicos, como se ha visto en conflictos recientes (por ejemplo, ataques a centros rusos y ucranianos).
- Su protección requiere estrategias multidominio: defensa física, ciberseguridad avanzada y resiliencia energética.
5. Impacto económico y ambiental
- La demanda de energía para alimentar estos centros es enorme y puede influir en políticas energéticas y ambientales, incluso generando tensiones por recursos como electricidad y agua, ya que requiere de Agua potable (agua dulce tratada); Agua reciclada o agua gris; Agua de pozo o subterránea; Agua de río o lago.
Conclusión
Los data centers han pasado de ser infraestructuras técnicas para convertirse en piezas clave del tablero geopolítico global. Su ubicación, control y protección son temas de seguridad nacional y de competencia internacional, y su impacto abarca desde la economía digital hasta la defensa y la política energética.
De concretarse este anuncio, estaríamos frente a una de las infraestructuras estratégicas más importantes de la región, quizá solo comparable —en valor geopolítico— con el Canal de Panamá y sus puertos de cuarta/quinta generación.
De lo que no se puede evitar la pregunta obvia: ¿cómo la Argentina protegerá semejante activo, y quiénes estarán a cargo? Porque su valor exige tanto defensa física (tierra, mar y aire) como protección en el quinto dominio, es decir, el ciberespacio. Ámbito digital donde ocurren las operaciones de información, ciberataques, defensa de infraestructuras críticas, espionaje digital, y protección de datos e inteligencia artificial.
En la actualidad, la protección de activos estratégicos como los data centers no solo requiere defensa física (en tierra, mar y aire), sino también una protección robusta en el ciberespacio, que es el “quinto dominio”. Basta pensar qué significaría el Canal de Panamá sin defensa militar para dimensionar la cuestión.
La impresión es que todavía persiste cierta asimetría: cuando se habla de submarinos o cazas junto a IA, ciberseguridad o sistemas digitales, los primeros parecen siempre más “serios” o relevantes. Pero lo realista es reconocer que hoy no puede pensarse en seguridad estratégica sin integrar todos los dominios de forma equilibrada.
**Por Marcelo Seghini y Pablo Gris Muniagurria
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