La liberación de los 20 rehenes israelíes con vida y la excarcelación de casi 2.000 detenidos palestinos marcan el cumplimiento de la primera fase del plan de paz de 20 puntos impulsado por Donald Trump. El acuerdo, que puso fin a dos años de guerra, prevé una retirada gradual de las tropas israelíes, la creación de una administración transicional en Gaza y el inicio de un programa internacional de reconstrucción y monitoreo humanitario.
Una tregua vigilada y el inicio de la fase de implementación
La tregua, vigente desde el viernes, permitió el ingreso de ayuda humanitaria y el retiro de las fuerzas israelíes hasta una línea operativa que deja bajo su control cerca del 53% del territorio de Gaza. En paralelo, se estableció un centro de coordinación civil-militar con unos 200 efectivos internacionales —bajo supervisión del Comando Central de Estados Unidos— para monitorear el alto el fuego y garantizar la asistencia humanitaria.

Washington aclaró que no habrá tropas estadounidenses dentro de Gaza, mientras que la fuerza multinacional contará con personal de Egipto, Catar, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, aseguró que la administración Trump “mantendrá el compromiso humanitario y la presión diplomática para consolidar la paz”.
Intercambio completo, aunque persisten tensiones
El acuerdo contempló la entrega de todos los rehenes vivos y la repatriación de los restos de los fallecidos, pero las autoridades israelíes confirmaron que solo cuatro cuerpos fueron devueltos hasta ahora. Según el texto del pacto, un equipo internacional de búsqueda comenzará a trabajar para localizar los restos restantes en territorio gazatí.
A cambio, Israel liberó a 250 prisioneros con condenas perpetuas y 1.718 detenidos provenientes de Gaza y Cisjordania. El proceso fue verificado por el Comité Internacional de la Cruz Roja y mediadores de Egipto y Catar, en coordinación con observadores de Naciones Unidas.

La arquitectura del plan: demilitarización y gobierno transicional
El plan de paz de Trump, firmado oficialmente el lunes en Sharm el-Sheij, prevé la demilitarización total de Gaza, la disolución de las estructuras armadas de Hamás y la creación de un gobierno provisional compuesto por tecnócratas palestinos supervisados por un “Board of Peace” encabezado por el propio Trump.
En una etapa posterior, la administración sería transferida a una Autoridad Palestina reformada, siempre que cumpla con estándares de transparencia, seguridad y gobernanza democrática. Hamás, por su parte, no tendrá ningún rol político ni administrativo en la posguerra, aunque sus miembros podrán acogerse a una amnistía o solicitar salida segura del territorio.
Retiro por fases y seguridad internacional
El plan prevé tres fases de retiro:
- Primera fase: control israelí sobre el 53% del territorio, incluyendo Rafah y zonas del norte.
- Segunda fase: reducción al 40%, con despliegue de fuerzas de seguridad árabes y policía palestina entrenada por Egipto y Jordania.
- Tercera fase: establecimiento de una zona de seguridad del 15% bajo monitoreo internacional, que se mantendrá hasta que Gaza sea “plenamente estable y libre de amenazas”.
El canciller egipcio Badr Abdelatty adelantó que el despliegue requerirá una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU para formalizar su mandato.
Reconstrucción y desafíos políticos
La reconstrucción de Gaza será financiada por un fondo internacional estimado en 53.000 millones de dólares, con apoyo del Banco Mundial, el Fondo Árabe de Desarrollo y un consorcio privado liderado por empresas estadounidenses. El programa, denominado “Trump Economic Development Plan for Gaza”, incluirá proyectos de infraestructura, energía y vivienda con participación de empresas locales.

Sin embargo, persisten puntos de fricción. Israel exige el desarme total de Hamás antes de completar el retiro; el movimiento islamista insiste en conservar presencia política dentro de un “movimiento palestino unificado”. Tampoco existe aún consenso sobre el rol futuro de la Autoridad Palestina, lo que amenaza con dilatar las fases subsiguientes del acuerdo.
Un alto el fuego frágil, pero con apoyo internacional
Pese a las tensiones, la liberación de rehenes fue recibida con alivio tanto en Israel como en Washington. El líder demócrata Chuck Schumer calificó el hecho como “un día maravilloso” y celebró “el esfuerzo de las familias, la diplomacia estadounidense y la esperanza de una paz duradera”.
En Gaza, la población civil comenzó a recibir suministros básicos luego de meses de bloqueo total. Naciones Unidas confirmó que más de 600 camiones de ayuda humanitaria cruzaron el paso de Kerem Shalom durante el fin de semana.
La segunda fase del plan comenzará una vez se verifique el cumplimiento total del intercambio y la estabilidad de la tregua. Los mediadores de Egipto y Catar ya convocaron a reuniones técnicas para definir los plazos de implementación.
Te puede interesar: Hamas libera a todos los rehenes vivos mientras Israel envía prisioneros palestinos y Trump dice que terminó la guerra en Gaza














