Las tensiones en el mar de China Meridional volvieron a escalar este domingo, luego de que el gobierno de Filipinas denunciara que un buque de la Guardia Costera china embistió deliberadamente a una embarcación oficial filipina cerca de la isla Thitu, en el archipiélago de las Spratly.
El incidente se produjo apenas tres minutos después de que el mismo buque chino disparara cañones de agua contra el BRP Datu Pagbuaya, perteneciente a la Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos de Manila.
“Pese a estas tácticas de intimidación y acciones agresivas, no seremos amedrentados ni expulsados de nuestras aguas”, declaró la Guardia Costera filipina.
Según el comunicado oficial, la colisión causó daños estructurales menores pero sin heridos entre la tripulación.
Pekín culpa a Manila y niega la agresión
Desde China, el portavoz de la Guardia Costera, Liu Dejun, responsabilizó a Filipinas por el choque, asegurando que el barco filipino “ignoró repetidas advertencias severas” y “se acercó de forma peligrosa” al navío chino.
El vocero sostuvo que las acciones de Pekín “fueron legítimas” y en defensa de su soberanía territorial. Sin embargo, la comunidad internacional ha cuestionado de forma reiterada las reclamaciones de China sobre casi la totalidad del mar de China Meridional, rechazadas en 2016 por el Tribunal Permanente de Arbitraje de La Haya.

Thitu, un punto caliente del conflicto marítimo
El choque se registró cerca de Thitu (Pag-asa para Filipinas), la mayor isla ocupada por Manila en el disputado archipiélago de las Spratly. En los últimos años, Beijing ha construido instalaciones militares, pistas aéreas y radares en varios atolones de la zona, consolidando su presencia en aguas donde también reclaman soberanía Vietnam, Malasia y Brunéi.
En los últimos meses, se han multiplicado los incidentes entre guardacostas, pesqueros y embarcaciones de suministro, alimentando un clima de tensión que pone a prueba la alianza de seguridad entre Manila y Washington.
Una escalada que desafía a Washington
El presidente filipino Ferdinand Marcos Jr. ha denunciado repetidamente el “comportamiento peligroso y coercitivo” de China, mientras Estados Unidos ha reiterado que su Tratado de Defensa Mutua de 1951 cubre ataques contra fuerzas, embarcaciones o aeronaves filipinas en el mar de China Meridional.
En julio, el Pentágono advirtió que cualquier agresión armada contra unidades filipinas activaría el compromiso de defensa estadounidense, un mensaje que busca disuadir nuevos choques navales pero que también eleva el riesgo de confrontación directa.
Contexto regional: una disputa sin final
China reclama más del 80% del mar de China Meridional mediante la llamada “línea de nueve trazos”, ignorando fallos internacionales y acuerdos marítimos.
Por su parte, Filipinas y otros países del Sudeste Asiático exigen el respeto a la libertad de navegación y la aplicación del Derecho del Mar (Convención UNCLOS).
El nuevo incidente se suma a una serie de provocaciones que incluyen bloqueos de convoyes de reabastecimiento, maniobras de intercepción y el uso de lásers cegadores, consolidando al mar de China Meridional como uno de los puntos de fricción más volátiles del Indo-Pacífico.
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