En un movimiento que profundiza la tensión regional, el Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM) anunció este viernes la creación de una nueva Fuerza de Tareas Conjunta (Joint Task Force, JTF) bajo el mando de la II Fuerza Expedicionaria de Marines (II MEF), destinada a liderar operaciones antidrogas y de seguridad marítima en el hemisferio occidental.

El anuncio ocurre en un momento particularmente delicado: tras el envío de buques de guerra y aviones F-35 al Caribe y la reciente advertencia de Cuba sobre una posible agresión militar estadounidense contra Venezuela, la medida es interpretada por varios gobiernos latinoamericanos como una escalada estratégica bajo cobertura antidrogas.
Una fuerza “expedicionaria” en el patio trasero latinoamericano
El comunicado oficial del SOUTHCOM, con sede en Miami, detalla que la nueva JTF integrará las capacidades expedicionarias del II MEF con agencias interinstitucionales y aliados regionales, como parte de la Homeland Security Task Force. Su misión será detectar, interrumpir y desmantelar redes de narcotráfico transnacional mediante inteligencia, vigilancia aérea, patrullas marítimas y cooperación internacional.
“Las organizaciones criminales transnacionales amenazan la seguridad, la prosperidad y la salud de nuestro hemisferio”, afirmó el almirante Alvin Holsey, comandante de SOUTHCOM. “Formar una Fuerza de Tareas en torno al cuartel general de II MEF mejora nuestra capacidad de actuar más rápido y con mayor profundidad junto a nuestros aliados”, añadió.
El teniente general Calvert Worth, jefe del II MEF y comandante designado de la JTF, subrayó que se trata de una operación principalmente marítima: “Utilizaremos patrullas navales, vigilancia aérea, interdicciones de precisión e intercambio de inteligencia para proteger a las comunidades vulnerables y reforzar el Estado de derecho”.
Un despliegue con alcance político
La decisión llega pocos días después de que Donald Trump suspendiera los canales diplomáticos con Caracas, acusando al gobierno de Nicolás Maduro de “colaborar con actores criminales y terroristas”. Desde entonces, Washington ha incrementado su presencia naval y aérea en el Caribe, con el argumento de combatir el tráfico de drogas y garantizar la estabilidad regional.

Sin embargo, tanto Venezuela como Cuba denunciaron las maniobras estadounidenses como un intento de intimidación y proyección de fuerza, recordando episodios previos de presión militar sobre el Caribe. El canciller cubano alertó esta semana sobre “peligros reales e inminentes para la paz y la estabilidad de Nuestra América”.
La conformación de esta nueva JTF, directamente subordinada a SOUTHCOM, consolida el redespliegue de capacidades expedicionarias estadounidenses en el hemisferio, en un esquema que combina operaciones de interdicción marítima con asesoramiento y presencia avanzada de marines.
Control marítimo y competencia estratégica
El anuncio refuerza la estrategia del Pentágono de controlar las rutas marítimas del Caribe y del Atlántico sur, zonas consideradas críticas para el tránsito de energía, minerales y narcóticos. Al mismo tiempo, ocurre mientras Rusia y Venezuela firmaron un nuevo Tratado de Asociación Estratégica, que incluye cooperación militar y tecnológica para la próxima década.
Fuentes diplomáticas en Caracas consideran que el despliegue estadounidense “envía una señal directa a Moscú y La Habana”, consolidando el retorno de la competencia estratégica entre potencias en el Caribe.
Para Washington, la creación de esta fuerza binacional apunta a fortalecer la disuasión regional y cortar las redes de narcotráfico, pero para sus detractores representa una nueva forma de militarización del espacio hemisférico bajo el paraguas de la seguridad.
Te puede interesar: Qatar intenta mediar entre Estados Unidos y Venezuela mientras Trump refuerza su ofensiva en el Caribe









