La líder opositora venezolana María Corina Machado fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, en reconocimiento a su “lucha pacífica y persistente por una transición democrática en Venezuela” y por mantener “la llama de la libertad encendida en medio de la oscuridad creciente”, según destacó el Comité Noruego del Nobel.
La distinción consagra a Machado como una figura clave de la oposición al régimen de Nicolás Maduro, símbolo de resistencia civil frente a la represión política y la erosión institucional que atraviesa el país sudamericano.
“Este premio pertenece al pueblo venezolano”
En comunicación telefónica con el Instituto Nobel, Machado expresó sentirse “honrada y profundamente agradecida” y afirmó que el reconocimiento es para “millones de venezolanos que han resistido con esperanza”.
“Creo que estamos muy cerca de lograr la libertad de nuestro país y la paz de la región”, dijo. “Aunque enfrentamos la más brutal violencia, nuestra sociedad ha resistido de forma pacífica. Este premio es un mensaje al mundo sobre la urgencia de que Venezuela recupere la democracia.”

Machado, de 58 años, lleva meses en la clandestinidad tras ser inhabilitada para competir en las elecciones presidenciales de 2024, en las que finalmente participó Edmundo González, hoy exiliado en España. Pese a las amenazas, decidió permanecer en el país, gesto que el Comité Nobel calificó como “una inspiración para millones”.
Represión, exilio y resistencia
El reconocimiento llega en un contexto de represión política sistemática. Desde la elección de julio de 2024, en la que el Consejo Nacional Electoral —controlado por el oficialismo— proclamó a Maduro vencedor entre denuncias de fraude, se multiplicaron los arrestos y las persecuciones contra líderes opositores.
Más de 800 presos políticos permanecen detenidos, según Foro Penal, incluidos familiares y colaboradores cercanos de Machado. Su equipo de campaña fue desmantelado y varios dirigentes buscaron refugio en embajadas o escaparon del país.
“Cuando los autoritarios se aferran al poder, es crucial reconocer a quienes se levantan y resisten”, señaló el presidente del Comité Nobel, Jørgen Watne Frydnes, al anunciar el premio en Oslo.

Reacciones internacionales y mensaje a Trump
El reconocimiento generó reacciones globales. Desde Washington, el secretario de Estado Marco Rubio —quien había impulsado su nominación— la describió como “la Dama de Hierro venezolana, símbolo de resiliencia y patriotismo”.
El presidente Donald Trump, quien sonaba como posible candidato al galardón tras su plan de paz para Gaza, felicitó personalmente a Machado por teléfono, según confirmó su equipo. La dirigente dedicó el premio al “pueblo que sufre y al presidente Trump por su apoyo decisivo a nuestra causa”.
En un mensaje en X, la Nobel venezolana subrayó: “Hoy más que nunca contamos con el apoyo del presidente Trump, del pueblo de Estados Unidos, de América Latina y de las naciones democráticas del mundo para alcanzar la libertad.”

Desde el Palacio de Miraflores, el gobierno de Nicolás Maduro no emitió comentarios oficiales, aunque fuentes diplomáticas anticipan que Caracas podría acusar al Comité Nobel de “injerencia política”.
Una nueva página en la historia democrática venezolana
Machado se convierte en la 20.ª mujer en recibir el Premio Nobel de la Paz, y la primera venezolana en obtenerlo. Su liderazgo, forjado en décadas de activismo civil, cobra una nueva dimensión internacional en un momento en que el país vive una de las peores crisis humanitarias y políticas de su historia.
Su discurso, centrado en la resistencia pacífica, la coloca junto a figuras como Aung San Suu Kyi o Lech Wałęsa, quienes también recibieron el Nobel por sus luchas contra regímenes autoritarios.
“Este premio no es un punto final —dijo Machado—, sino el comienzo de una nueva etapa para reconstruir Venezuela.”
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