El último informe del Center for Strategic and Budgetary Assessments (CSBA), titulado Unstable Equilibrium: Analysis of the 2026 Defense Budget Request, advierte que la política de defensa de Estados Unidos se encuentra en una situación de “equilibrio inestable” entre los compromisos asumidos en Europa y la creciente presión estratégica en el Indo-Pacífico.
Según el estudio, el presupuesto del Departamento de Guerra (DoW) para 2026 asciende a 961.600 millones de dólares, la mayor expansión en casi 25 años, impulsada por la combinación de un presupuesto base de 848.000 millones y un fondo extraordinario (“reconciliation”) de 150.000 millones aprobado por el Congreso. Esta dinámica revierte la caída de 2025, pero revela profundas tensiones entre prioridades estratégicas, intereses políticos y limitaciones fiscales.

Competencia global y prioridades difusas
El autor del informe, Travis Sharp, sostiene que la administración Trump y el Congreso han alcanzado un punto de equilibrio precario entre facciones que pugnan por enfoques distintos: una defensa enfocada en la disuasión frente a China y otra orientada a mantener la presencia militar en Europa, especialmente en apoyo a Ucrania y la OTAN.
El resultado, explica Sharp, es un presupuesto “más grande pero menos coherente”, donde los aumentos de gasto no necesariamente responden a una estrategia definida, sino a la necesidad de satisfacer simultáneamente a halcones fiscales, congresistas proindustria militar y asesores partidarios de un enfoque global expansivo.

“El 2026 es un presupuesto de equilibrio inestable: refleja la dificultad de mantener simultáneamente una postura de contención en Europa y una estrategia de disuasión en Asia sin un aumento sostenido y planificado del gasto”, señala el informe.
Riesgos estructurales
El CSBA advierte sobre una “sobrefocalización” en la inversión tecnológica, especialmente en sistemas no tripulados y capacidades espaciales, en detrimento de la operación, el mantenimiento y el personal militar. La dependencia de partidas extraordinarias —como el fondo de reconciliación— aumenta la exposición a la volatilidad política, ya que esos recursos dependen de acuerdos legislativos temporales.
Particular preocupación genera la “hiperdependencia presupuestaria” de la Fuerza Espacial y el Ejército: mientras la primera recibe más de un tercio de sus recursos desde fondos especiales, el segundo depende casi por completo del presupuesto base, lo que deja a ambos vulnerables ante cualquier cambio político o fiscal.

Un dilema estratégico: Europa o el Indo-Pacífico
El documento sostiene que Washington enfrenta un dilema geopolítico cada vez más agudo: priorizar la defensa de Europa frente a Rusia o concentrar recursos en el Indo-Pacífico ante la amenaza de China.
Sharp recomienda una estructura presupuestaria para 2027 basada en un presupuesto base ampliado y un suplemento focalizado, que permita financiar simultáneamente la disuasión en Asia y el sostenimiento de compromisos en Europa, sin comprometer la flexibilidad operativa.
“El desafío para Estados Unidos es evitar que el equilibrio entre ambos teatros se rompa por falta de planificación estratégica. Un gasto alto no garantiza una estrategia coherente”, concluye el informe.
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