El gobierno chino rechazó con dureza las acusaciones de Washington sobre supuestos ciberataques e influencia “maligna” vinculada al Canal de Panamá. La embajada de China en Ciudad de Panamá calificó de “infundadas y arrogantes” las declaraciones del embajador estadounidense Kevin Marino Cabrera, quien había insinuado que Pekín utiliza su presencia económica en la región con fines estratégicos.
Según el comunicado diplomático, Estados Unidos intenta “provocar conflicto y socavar la independencia diplomática de América Latina” a través de discursos que buscan reinstalar la lógica de la Guerra Fría. “Los proyectos chinos en Panamá y en toda América Latina contribuyen al desarrollo social y económico”, afirmó la embajada, asegurando que las palabras del representante estadounidense “insultan la inteligencia de los pueblos locales”.
Competencia geoestratégica en el corazón del continente
El intercambio verbal refleja la creciente tensión por la influencia en el istmo panameño, una zona clave para el comercio global y de creciente interés para China. Desde el establecimiento de relaciones diplomáticas con Panamá en 2017, empresas chinas han obtenido contratos en infraestructura portuaria, energía y telecomunicaciones, lo que ha despertado recelo en Washington.

El embajador Cabrera había acusado a Pekín de utilizar “herramientas cibernéticas y financieras” para penetrar sectores sensibles de la economía panameña, en un contexto donde el Canal de Panamá sigue siendo vital para las cadenas logísticas globales. China, segundo usuario del canal después de Estados Unidos, sostiene que sus inversiones responden a objetivos comerciales legítimos.
Expertos en relaciones internacionales consultados por Escenario Mundial interpretan la disputa como parte de una competencia de poder blando en América Latina. Mientras Washington intenta reforzar alianzas tradicionales, Pekín se consolida como socio económico indispensable, especialmente en países con déficit de infraestructura y acceso limitado a financiamiento occidental.
El cruce diplomático también se enmarca en la narrativa global del gobierno chino, que acusa a Estados Unidos de “hegemonismo” y “ansiedad geopolítica”, mientras promueve su Iniciativa de la Franja y la Ruta como alternativa al modelo de cooperación occidental. En ese contexto, el Canal de Panamá se convierte en un símbolo de la nueva disputa por la influencia económica y tecnológica en el continente americano.
Fuentes diplomáticas panameñas señalaron que el gobierno local evitó pronunciarse públicamente, manteniendo una posición de neutralidad pragmática frente a la rivalidad entre las dos potencias. No obstante, la controversia confirma que el istmo vuelve a situarse en el centro de la competencia estratégica global.
Te puede interesar: Cómo China e Irán usan el petróleo para burlar las sanciones de EE.UU.














