China estaría asistiendo a Rusia con imágenes satelitales que facilitan sus bombardeos en Ucrania, según denunció un portavoz de inteligencia del país invadido.
“Hay evidencia de cooperación extensiva entre Rusia y China para conducir reconocimiento satelital sobre el territorio ucraniano”, fue citado acusando Oleh Alexandrov, portavoz del Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania, al sitio de noticias estatal Ukrinform. En sus palabras, este mapeo luego se utiliza para “localizar y analizar objetivos estratégicos para futuros ataques”. Alexandrov también advirtió que el producto de esta alianza podía observarse en algunos de los últimos ataques de Rusia, localizados en zonas alejadas del frente, muchos de los cuales, apuntó, “han estado asociados a inversiones extranjeras”.
Se refería así por ejemplo al bombardeo selectivo que realizó Rusia sobre la fábrica de capitales estadounidenses Flex, que produce componentes de electrónica con fines civiles en el óblast de Transcarpacia, la frontera de Ucrania con Hungría. Dos misiles fueron lanzados allí el pasado 21 de septiembre, hiriendo a quince trabajadores y demostrando que no hay zonas aisladas del conflicto en el país.

Para Alexandrov, este tipo de ataques solo fueron posibles gracias a la asistencia satelital china, que el portavoz ha denunciado en el pasado en otros ámbitos. “Oficialmente, China se apega a todas las reglas. Pero esto es solo oficialmente”, sugirió ante el sitio Politico, cuando se investigaban las exportaciones de componentes del país asiático que Rusia utilizaría para fabricar drones de combate.
Previamente, en una entrevista con Ukrinform, el jefe de la Servicio de Inteligencia Exterior de Ucrania, Oleg Ivashchenko, informó que China suministraba productos químicos especiales, pólvora y máquinas herramientas a 20 fábricas militares rusas. Según él, a principios de 2025, el 80% de la electrónica crítica para los drones rusos fue de origen chino.

Una investigación exclusiva de Reuters también apuntó a que Beijing estaría enviando motores de fabricación china a Rusia disfrazados como “unidades de refrigeración industrial”, entre otros componentes enmascarados para evitar las sanciones impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea. Los componentes, fundamentales para la producción del dron de ataque ruso Garpiya-A1, son enviados a través de empresas intermediarias y utilizados por la empresa estatal IEMZ Kupol, sancionada desde 2022 por su rol en el complejo militar-industrial ruso.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, también solicitó a China que influya en Rusia para poner fin a la guerra: “Si China realmente quisiera que esta guerra terminara, podría exhortar a Moscú a terminar su invasión. Sin China, la Rusia de Putin no es nada. Sin embargo, con mucha frecuencia China se mantiene distante y en silencio en lugar de buscar la paz “, clamó ante el Consejo de Seguridad de la ONU, frente al representante de la potencia asiática, en la última asamblea general del organismo.

En aquel entonces, el Gobierno chino respondió a través del portavoz de su Cancillería, Guo Jiakun, quien expresó que la postura de su país en torno a la guerra en Ucrania es “objetiva e imparcial”. El funcionario aseveró que “todas las partes implicadas son conscientes de ello”, y que la nación gobernada por Xi Jinping se ha mostrado “abierta y transparente” en la “crisis ucraniana”: “China ha mantenido una postura objetiva e imparcial, insistiendo en promover la paz y el diálogo”.
Te puede interesar: Rusia lanza el mayor ataque contra infraestructura de gas de Ucrania desde el inicio de la guerra














