En una intervención extensa en el foro de Valdái, en Sochi, el presidente Vladimir Putin afirmó que “nadie debería dudar” de que Rusia reaccionará con rapidez ante lo que definió como la “creciente militarización de Europa”. Al mismo tiempo, buscó bajar el tono hacia Washington al elogiar a Donald Trump y sostener que, de haber estado en el poder, “el conflicto en Ucrania podría haberse evitado”. Las declaraciones fueron recogidas por The Guardian en el marco de una semana marcada por denuncias de incursiones de drones y aviones rusos sobre el espacio aéreo europeo y una cumbre en Copenhague para reforzar la defensa continental y el apoyo a Kiev
Putin tildó de “disparates” las advertencias occidentales sobre un supuesto plan del Kremlin para atacar a la OTAN. “Repiten esa mantra una y otra vez. O son increíblemente incompetentes o simplemente deshonestos”, dijo. Aun así, remarcó que “las contramedidas rusas no tardarán en llegar”, una señal de firmeza que busca disuadir nuevas iniciativas europeas como el incipiente “muro antidrones” debatido por líderes de la UE para responder a intrusiones en Polonia, Estonia y Dinamarca.

Un mensaje dual: presión a Europa y guiño a Trump
El presidente ruso combinó la advertencia militar con un gesto político hacia Trump, a quien describió como un “interlocutor cómodo” y un dirigente que “sabe escuchar”, destacando el objetivo de una “restauración a gran escala” de las relaciones con Estados Unidos. Incluso relativizó el reciente calificativo de “tigre de papel” con el que el mandatario estadounidense criticó a Rusia, insinuando que fue irónico. La jugada deja entrever que Moscú aspira a reabrir un canal directo con la Casa Blanca mientras mantiene la presión sobre Europa.
En paralelo, Kiev redobló su ofensiva diplomática. Desde Copenhague, Volodímir Zelenski advirtió que Rusia “intensifica sus acciones destructivas” y urgió a Europa a demostrar “voluntad política” para aumentar el costo estratégico de la guerra para Moscú. La reunión en Dinamarca ocurrió en un contexto de reportes sobre apoyo estadounidense a ataques profundos contra infraestructura energética rusa y pedidos ucranianos de misiles de largo alcance.

Escalada híbrida y frentes legales
Putin también condenó la retención en el Atlántico de un petrolero de la “flota en la sombra” rusa, señalando que la incautación “en aguas neutrales” sería un acto de “piratería”. La acusación se suma al pulso por sabotajes e interferencias en cables y satélites, y a la creciente guerra jurídica en torno a sanciones y control de rutas energéticas, donde Moscú acusa a Europa de “hipocresía”, mientras capitales europeas denuncian operaciones encubiertas y violaciones del derecho del mar.
Sobre el frente terrestre, Putin aseguró que las fuerzas rusas “avanzan con confianza” a lo largo de la línea de contacto y volvió a instar a Kiev a “pensar seriamente” en una negociación. La afirmación contrasta con evaluaciones occidentales que subrayan costos humanos y materiales muy elevados para Rusia y con informes recientes que indican ganancias territoriales limitadas y mayor desgaste logístico.
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