Los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (G7) se comprometieron este jueves a intensificar la presión económica sobre Rusia, en respuesta a lo que calificaron como una “guerra brutal y acciones escalatorias” en Ucrania. La decisión se adoptó tras una reunión virtual celebrada el 1° de octubre, donde los países miembros consensuaron aplicar nuevas sanciones, medidas comerciales y restricciones financieras contra Moscú y quienes contribuyan a evadir los controles ya vigentes.

En un comunicado conjunto, los ministros remarcaron que las acciones tomadas hasta ahora, incluidas las líneas de financiamiento del FMI y los préstamos del programa Extraordinary Revenue Acceleration (ERA), han contribuido a sostener la resistencia de Kiev y a reducir los ingresos del Kremlin. No obstante, sostuvieron que la coyuntura exige una “escalada significativa y coordinada” que limite de manera crítica la capacidad de Rusia para continuar con la guerra.
Activos rusos y presión sobre el petróleo
Entre las medidas en desarrollo, el G7 destacó la posibilidad de emplear de manera coordinada el valor total de los activos soberanos rusos (RSAs) inmovilizados en sus jurisdicciones, con el objetivo de canalizar esos fondos hacia el apoyo económico y militar a Ucrania. La propuesta busca asegurar que Moscú “no pueda simplemente esperar a que pase el tiempo” hasta lograr un desgaste del bloque occidental.

La declaración también puso el foco en el sector energético ruso. Los ministros coincidieron en la necesidad de maximizar la presión sobre las exportaciones de crudo, principal fuente de ingresos de Moscú. En este sentido, advirtieron que se apuntará a países y empresas que hayan incrementado sus compras de petróleo ruso desde el inicio de la invasión, así como a aquellos que faciliten esquemas de triangulación o evasión de sanciones.
Sanciones ampliadas y coordinación global
El G7 adelantó que se fortalecerán las restricciones sobre los sectores estratégicos de la economía rusa, incluyendo energía, finanzas e industria militar, así como sobre los llamados “enablers” y beneficiarios que se lucran con la guerra. Además, el bloque anunció la intención de avanzar en la reducción drástica, y eventual eliminación, de las importaciones de hidrocarburos y otros productos de origen ruso.

La declaración también dejó abierta la puerta a medidas contra terceros países o entidades que financien directa o indirectamente la maquinaria bélica del Kremlin, en particular a través de la compra de combustibles refinados derivados del crudo ruso. Estas advertencias se enmarcan en una estrategia más amplia de aislamiento económico internacional, que busca cerrar los canales de financiamiento que aún permiten sostener la ofensiva en Ucrania.
Próximos pasos
Los ministros confirmaron que volverán a reunirse durante la cumbre anual del FMI y el Banco Mundial, prevista en Washington el próximo 15 de octubre. Allí se discutirán nuevas herramientas, incluidas medidas comerciales adicionales, para sancionar a países que continúen sosteniendo indirectamente el esfuerzo bélico de Moscú.
“El objetivo es claro: incrementar la presión sobre Rusia a través de medidas económicas y financieras coordinadas, manteniendo una estrategia alineada entre todos los socios internacionales”, subrayaron en el documento final.
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