Las tensiones navales en el Mediterráneo volvieron a escalar luego de que el submarino ruso Novorossiysk, de la clase Kilo de propulsión diésel-eléctrica con capacidad para portar misiles de crucero, se viera forzado a emerger en el Estrecho de Gibraltar tras un grave fallo en su sistema de combustible. El incidente, revelado en medios británicos y replicado en canales de información rusa en Telegram, convirtió a la embarcación en un “peligro explosivo” en una de las rutas marítimas más transitadas del mundo.
De acuerdo con reportes citados por Daily Mirror y observaciones de sistemas de rastreo marítimo, el submarino de 74 metros presentó una filtración significativa que inundó el casco con combustible, obligando a su tripulación a considerar la descarga de diésel directamente al mar. La situación desató preocupación en fuerzas navales de la OTAN, que desplegaron aviones de patrulla y buques de seguimiento en las inmediaciones del peñón británico.

El Novorossiysk, incorporado a la Flota del Mar Negro en 2014, cuenta con un arsenal de seis tubos lanzatorpedos con capacidad de recarga y misiles de crucero. Sin embargo, la tripulación habría carecido del entrenamiento y repuestos necesarios para reparar la avería, lo que aumentó los riesgos operativos y ambientales.
Fuentes abiertas registraron la presencia de dos buques franceses y de una fragata española en la zona, además de vuelos de aeronaves de la OTAN sobre el estrecho. En paralelo, el remolcador ruso Jakob Grebelsky, que ya había acompañado a la nave en operaciones previas en el Mediterráneo, fue rastreado navegando hacia el Atlántico, lo que indicaría el traslado del submarino averiado hacia aguas abiertas.
El episodio ocurre en un contexto de creciente actividad naval rusa fuera del Mar Negro, donde las restricciones impuestas por Turquía al cierre de los estrechos del Bósforo y los Dardanelos limitaron la salida de la Flota del Mar Negro desde el inicio de la guerra en Ucrania. Este bloqueo ha intensificado la importancia de plataformas como el Novorossiysk para sostener la proyección global de Moscú.
El Estrecho de Gibraltar, bajo soberanía británica desde 1704, constituye un paso estratégico para el comercio y la seguridad marítima en Europa. La reciente emergencia demuestra la vulnerabilidad de los activos navales rusos en aguas internacionales y añade un nuevo foco de tensión en la ya compleja disputa geopolítica en el Mediterráneo.
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Fuente: Daily Mirror.














Solo el peñón. El estrecho no.