Sin motivos claros y con poca antelación, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, ordenó a cientos de generales y almirantes de las Fuerzas Armadas que se reúnan en una base del Cuerpo de Marines en Virginia la próxima semana. La decisión sembró confusión, así como también encendió las alarmas a nivel interno, recordando el despido de numerosos altos mandos por parte de la administración Trump este año.

Pero lo llamativo de la directriz es que fue enviada a prácticamente todos los altos mandos militares radicados alrededor del mundo, no sólo desplegados en Estados Unidos. La decisión fue comunicada a principios de esta semana, meses después de que el equipo de Hegseth en el Pentágono anunciara planes para llevar a cabo una amplia consolidación de los altos mandos militares.
Una directriz con gran alcance
La medida fue confirmada este jueves por el portavoz del Pentágono, Sean Parnell, quien afirmó que Hegseth “se dirigirá a sus altos mandos militares a principios de la próxima semana”. Si bien el funcionario no ofreció más detalles. Parnell es uno de los principales asesores del Secretario de Defensa, por lo que posee un conocimiento general de la cartera y su agenda -sugiriendo, en parte, que la directriz es verídica-.
Se estima que unos 800 generales y almirantes se encuentran a lo largo y lo ancho de Estados Unidos, así como también otros países y zonas horarias. Según personas familiarizadas con el asunto, la orden de Hegseth se aplica a todos los oficiales superiores con rango de general de brigada o superior, o su equivalente en la Armada, que ocupen puestos de mando y a sus principales asesores alistados.

A grandes rasgos, posiblemente asistan a la reunión los altos mandos militares desplegados en zonas de conflicto, así como también aquellos destacados en Europa, Medio Oriente y la región de Asia-Pacífico. No obstante, la orden no se aplica a los altos mandos militares que ocupan puestos en el Estado Mayor.
¿Reorganización estratégica o señal de alerta?
La directriz de Hegseth generó múltiples hipótesis. Fuentes consultadas por The Washington Post afirmaron que no existen antecedentes de una convocatoria de esta magnitud, y advirtieron que la medida plantea riesgos operativos y de seguridad.
La decisión de reunir a cientos de altos mandos militares en una base del Cuerpo de Marines sin agenda pública ni motivo declarado, denotando la falta de información sobre el propósito del encuentro, llama la atención en el interior de la administración estadounidense. Más aún, porque se expande a comandantes desplegados en zonas de conflicto.

El contexto no es menor, considerando que la administración Trump y el secretario Pete Hegseth han impulsado una serie de reformas estructurales en el Departamento de Defensa, incluyendo el despido de altos mandos sin causa, la reducción del número de oficiales generales en servicio activo y una propuesta para renombrar el organismo como “Departamento de Guerra”. En paralelo, se prepara una nueva Estrategia de Defensa Nacional que podría redefinir las prioridades militares, con foco en la defensa del territorio y una postura más agresiva frente a China.
Algunos funcionarios especulan que la reunión podría estar vinculada a la implementación de esa nueva estrategia, o incluso a una redefinición del comando global en función de los recortes anunciados. Otros, en cambio, temen que se trate de una maniobra para consolidar poder político dentro del aparato militar. De una forma u otra, parece ser mucho más que una simple reunión rutinaria, aunque los detalles aún no están disponibles.
Te puede interesar: Estados Unidos intercepta dos bombarderos rusos en Alaska














