En un nuevo episodio que refleja el incremento de la actividad naval rusa en Europa, la fragata HMS Iron Duke de la Real Armada Británica, acompañada por un helicóptero Wildcat del 815 Naval Air Squadron, vigiló durante tres días el tránsito de la fragata rusa Neustrashimy y del buque de carga Sparta IV en aguas cercanas al Reino Unido. La operación se desarrolló entre el 20 y el 23 de septiembre, con la participación coordinada de unidades de cuatro países de la OTAN.
La misión tuvo como objetivo salvaguardar la seguridad marítima y reforzar el control sobre infraestructuras críticas como cables submarinos, rutas comerciales y abastecimiento energético. Según informó el Ministerio de Defensa británico, estas acciones forman parte del denominado Plan for Change, una estrategia que busca garantizar la protección de aguas territoriales y la capacidad de respuesta frente a movimientos navales rusos.

El ministro de Preparación y de la Industria de Defensa, Luke Pollard, destacó que “los buques de guerra rusos transitan cada vez más por el Canal de la Mancha” y subrayó que la Armada actúa “24/7 para monitorear sus desplazamientos y asegurar la integridad marítima del Reino Unido”. En paralelo, la operación también se enmarca en la iniciativa de la OTAN denominada Eastern Sentry, diseñada para disuadir posibles acciones hostiles de Moscú en el flanco oriental de la Alianza.
Durante la travesía, la fragata británica empleó avanzados radares y sistemas de detección para seguir de cerca a la Neustrashimy y al carguero ruso. Al aproximarse a la isla francesa de Ushant, las fuerzas británicas traspasaron el seguimiento del Sparta IV a un socio aliado de la OTAN, mientras que el HMS Iron Duke continuó escoltando a la fragata rusa en su regreso hacia el mar Báltico.

El comandante del Iron Duke, David Armstrong, enfatizó que este tipo de despliegues “suelen ser invisibles para la opinión pública, pero resultan esenciales para la seguridad energética, alimentaria, de datos y del comercio británico”. Agregó además que, como nación insular, el Reino Unido “debe proteger con firmeza sus mares” y que la Royal Navy mantiene un compromiso pleno con la seguridad marítima y la cooperación militar internacional.
En los últimos doce meses, la fragata Iron Duke ha sido desplegada en 18 ocasiones para misiones similares, vigilando un total de 25 embarcaciones rusas. El helicóptero Wildcat, desplegado desde la base naval de Yeovilton, brindó apoyo aéreo al recopilar información clave sobre los movimientos de las naves rusas.
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