Un nuevo estudio advierte que Rusia está intensificando su campaña de desinformación y presión contra Finlandia, en un patrón que ofrece reminiscencias al ataque híbrido previo a la invasión de Ucrania en 2023. Según el Institute for the Study of War (ISW), el Kremlin ha desplegado una ofensiva propagandística coordinada para posicionar a Finlandia como un país revanchista y en crisis, sentando así las bases narrativas para futuras agresiones militares o políticas.
La nueva campaña de desinformación de Moscú
Altos funcionarios rusos, entre ellos Serguéi Lavrov y Serguéi Ivanov, acusaron públicamente a Finlandia de perder su neutralidad y fomentar el revanchismo en Europa. También hicieron énfasis en un supuesto declive económico y demográfico en el país nórdico tras su ingreso en la OTAN. Estas declaraciones fueron replicadas por la agencia estatal TASS y otros medios progubernamentales rusos, en lo que analistas describen como una estrategia centralizada desde el Kremlin.

El informe enfatiza que la similitud en el lenguaje y la sincronización de los mensajes recuerdan a las narrativas utilizadas por Moscú antes de justificar la invasión de Ucrania. De acuerdo con el ISW, se trata de un esfuerzo por incidir en la percepción internacional y preparar el terreno para acciones hostiles, legitimadas bajo el pretexto de seguridad nacional y protección de minorías rusas, los mismos preceptos empleados en 2023.
Finlandia bajo amenaza híbrida
La intensificación de esta campaña contra Finlandia se enmarca en la estrategia más amplia de Moscú de presionar a los países vecinos de la OTAN. De acuerdo con el ISW, Rusia no solo recurre a la propaganda, sino también a tácticas de guerra híbrida como sabotajes, ciberataques, arsonismo y operaciones clandestinas en Europa. Estos métodos ya fueron documentados en países bálticos y en Polonia, y buscan sembrar miedo y fragmentar la cohesión de la alianza occidental.

Para Finlandia, la amenaza no se limita al terreno informativo. Al reforzar su frontera oriental y profundizar su cooperación militar con la OTAN, Helsinki reconoce que podría convertirse en un próximo objetivo de las ambiciones de Moscú. El estudio concluye que Rusia está calibrando una narrativa de hostilidad que, en caso de ser necesario, podría convertirse en el pretexto de un ataque, reproduciendo el patrón observado en Ucrania antes de la invasión a gran escala.
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