La semana pasada finalizó con una serie de eventos que sacudieron el tablero internacional y regional: desde maniobras navales en Asia hasta revelaciones nucleares sobre Malvinas, pasando por decisiones diplomáticas argentinas y movimientos militares en Europa del Este. Los hechos dejaron en evidencia que existen múltiples focos de tensión geopolítica, que se multiplican y convergen en un escenario de alta volatilidad.
Asia: entre China y Taiwán
Por un lado, China desplegó el portaaviones Fujian (CV-18) con rumbo al estrecho de Taiwán. El más moderno de la Armada de Pekín fue avistado navegando el pasado jueves hacia el estrecho de Taiwán, escoltado por destructores de superficie. La noticia fue comunicada por el Estado Mayor Conjunto japonés (JSO), afirmando que el Fujian se encontraba a unos 200 kilómetros al noreste de la isla de Uotsuri, en el Mar de China Oriental, cuando fue detectado junto a los destructores CNS Hangzhou (136) y CNS Jinan (152).

El hecho ocurre días después de haber zarpado de los astilleros de Jiangnan, en Shanghái, donde completó su octava fase de pruebas en el mar. No es menor su más reciente despliegue, considerando que el Fujian representa el mayor avance en la ambición naval de China, distinguiéndose por ser el primer portaaviones chino con sistema electromagnético de lanzamiento de aeronaves (EMALS), una tecnología de vanguardia que hasta ahora solo equipa al USS Gerald R. Ford (CVN-78) de la Armada de Estados Unidos.
Malvinas y un plan nuclear
El mismo jueves de la semana pasada fueron desclasificados documentos británicos, que revelaban un plan nuclear a llevar a cabo en la Guerra de Malvinas. El memorando confidencial confirmó que, en los primeros meses de 1982, las Fuerzas Armadas británicas consideraron “por completitud” posibles opciones nucleares en el marco de la guerra de Malvinas.

Los documentos fueron expuestos en redes sociales por el analista Sir Humphrey (@pinstripedline), confirmando que el Reino Unido, además de haber trasladado armas nucleares a la zona de operaciones, llegó a considerar —al menos en un borrador de trabajo— escenarios de empleo nuclear. Pero esta no es la primera vez que los archivos oficiales británicos exponen la dimensión nuclear de la guerra, ya que en enero de 2022, Escenario Mundial informó que documentos desclasificados revelaban la presencia de decenas de armas nucleares de profundidad a bordo de buques británicos durante la campaña de 1982.
Polonia en alerta
En paralelo a estos acontecimientos, Polonia decidió movilizar más de 40.000 efectivos hacia sus fronteras con Bielorrusia y Rusia la semana pasada. El despliegue ocurrió tiempo después de que drones rusos ingresaran a su espacio aéreo, y coincide con el inicio de los ejercicios militares Zapad 2025 entre Moscú y Minsk.

El clima en Europa del Este es de máxima tensión desde hace meses, considerando que un avión no tripulado tipo Shahed de origen ruso se estrelló en el este de Polonia, impactando contra un maizal a finales del mes de agosto. Si bien la reciente incursión de drones en territorio nacional ha motivado el despliegue de soldados polacos, los ejercicios también son un incentivo para permanecer alerta en sus fronteras.
Argentina y sus movimientos diplomáticos
El pasado viernes se llevó a cabo una votación histórica en la Asamblea General de Naciones Unidas, donde se aprobó por amplia mayoría una resolución que respalda la Declaración de Nueva York sobre el arreglo pacífico de la cuestión de Palestina y la implementación de la solución de dos Estados. No obstante, Argentina se opuso, postura alineada con Estados Unidos e Israel.

La resolución adoptada en la ONU plantea la coexistencia de un Estado palestino independiente junto a Israel, con fronteras mutuamente reconocidas y mecanismos de seguridad garantizados. Pero la decisión diplomática de Buenos Aires marcó un giro en la política exterior argentina, tradicionalmente favorable a iniciativas multilaterales, y generó polémica en el interior del país por el alineamiento explícito del gobierno de Javier Milei con Tel Aviv.
Bolsonaro tras las rejas
Otro acontecimiento crucial ocurrió la semana pasada, cuando la Corte Suprema de Brasil avanzó en la condena de Jair Bolsonaro por su rol en el intento de golpe de Estado tras las elecciones de 2022. Una sentencia en su contra no solo lo inhabilitaría de manera permanente para competir en elecciones, sino que también consolidaría la capacidad del sistema judicial de enfrentar intentos de ruptura institucional.

El jueves 11 de septiembre, tres jueces (Alexandre de Moraes, Flávio Dino y Cármen Lúcia Antunes Rocha) votaron por condenar a Bolsonaro por los cargos de “golpe de Estado” y “abolición violenta del Estado democrático de derecho”, entre otros, cumpliendo con la mayoría necesaria de tres de los cinco jueces de la sala para emitir un veredicto. Solo Luiz Fux se opuso.
La decisión también profundiza la división social y agudiza la crisis con Estados Unidos, ya que Donald Trump respondió con sanciones económicas y diplomáticas. El proceso marca un hito en la defensa institucional brasileña, pero también profundiza la polarización interna y el conflicto externo.
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