Especialistas indican que Estados Unidos y Argentina podrían crear una alianza estratégica en Inteligencia Artificial (IA), con el objetivo de contrarrestar la creciente influencia tecnológica de China. Bajo la actual administración de Javier Milei, Argentina reorientó su política exterior y tecnológica para alinearse con socios que promuevan la innovación abierta, marcos regulatorios flexibles y valores democráticos, lo cual podría atraer inversiones de compañías estadounidenses.

Uno de los pilares de esta posibilidad es la nueva estrategia energética de Argentina, basada en reactores nucleares modulares (SMR), que busca garantizar una fuente de energía confiable, limpia y capaz de alimentar centros de datos intensivos en consumo eléctrico. Según informes recientes, el gobierno argentino diseñó proyectos ambiciosos para atraer inversiones en infraestructura de datos, especialmente de gigantes del sector tecnológico.
En este sentido, el alineamiento con EE.UU. también se manifiesta a través de reformas regulatorias. Bajo Milei, Argentina promovió la desregulación, la reducción de trabas burocráticas para startups tecnológicas, y leyes de promoción de inversiones como la RIGI, que busca dar estímulos fiscales para atraer capital privado en tecnologías emergentes. Esto coincide con los esfuerzos estadounidenses por exportar su arquitectura de IA, como parte de una estrategia más amplia de competitividad global.

No obstante, los expertos también advierten riesgos y retos. La dependencia previa de Argentina de China, evidenciada por acuerdos económicos y concesiones estratégicas como instalaciones de radar, podría complicar la percepción de Estados Unidos ante posibles socios. Además, la inestabilidad económica y los desafíos institucionales internos, así como cuestiones de regulación ética de la IA, protección de datos y derechos humanos, deben ser abordados para que una alianza resulte sostenible y creíble.
El consenso entre especialistas es que Argentina tiene atributos atractivos: alta penetración de internet, población joven con habilidades tecnológicas, energía renovable emergente y un entorno político que, bajo la administración Milei, impulsa la atracción de capital extranjero en sectores de alta tecnología.
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