Mientras Israel intensificaba sus ataques contra el norte de Gaza, Marco Rubio, el Secretario de Estado estadounidense, arribó a Israel para “buscar respuestas” de los funcionarios sobre las conversaciones de alto el fuego con Hamás. Pero su visita también es también una muestra de apoyo a Israel, cada vez más aislado del plano internacional.

La visita de Rubio ocurrió más allá del enojo del presidente Donald Trump con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, tras el ataque contra dirigentes de Hamás en Doha, del que dijo que Estados Unidos no fue notificado de antemano. Además, ocurre trás la reunión de Naciones Unidas en la que se votó el compromiso con la creación de un Estado palestino, a lo que Israel se opone firmemente.
Diplomacia en tensión: Rubio entre aliados enfrentados
La visita del secretario de Estado Marco Rubio a Israel se produce en un momento de máxima tensión regional. Antes de partir, Rubio expresó su intención de obtener respuestas sobre el futuro de Gaza, en medio de un conflicto que se intensifica y que ha dejado en suspenso los esfuerzos por alcanzar un alto el fuego.

Su agenda incluyó reuniones consecutivas con autoridades israelíes y con el primer ministro de Qatar, en un intento por equilibrar las relaciones entre dos aliados clave de Estados Unidos en Medio Oriente. Sin embargo, el ataque en territorio qatarí —uno de los principales mediadores en las negociaciones— ha generado una ola de condena internacional y ha complicado aún más el camino hacia la paz.
Gaza bajo ruinas y nuevas víctimas civiles
Mientras se desarrollaban las gestiones diplomáticas, la ofensiva israelí en Gaza continuó con una intensidad devastadora. El domingo, al menos 13 palestinos murieron en ataques que alcanzaron zonas cercanas al hospital de Shifa, una rotonda en la ciudad de Gaza y una tienda de campaña en Deir al-Balah, donde fallecieron seis miembros de una misma familia.
Si bien no emitieron comentarios al respecto, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) destruyeron la torre Kauther, un edificio residencial de gran altura, apenas una hora después de emitir una orden de evacuación publicada en Internet por el portavoz militar Avichay Adraee. Mientras tanto, Israel niega rotundamente las acusaciones de genocidio en Gaza.

La situación humanitaria se agrava con la muerte de dos adultos por desnutrición, elevando a 277 las víctimas por hambre desde junio, mientras que 145 niños han muerto por causas similares desde el inicio de la guerra. Con más de 64.800 palestinos fallecidos y el 90% de la población desplazada, Gaza enfrenta una catástrofe sin precedentes.
Aún quedan 48 rehenes en Gaza, de los cuales Israel cree que 20 siguen vivos. En paralelo, el Ministerio de Sanidad de Gaza afirma que alrededor de la mitad de los muertos hasta ahora eran mujeres y niños, y que amplias zonas de las principales ciudades han quedado completamente destruidas.

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