Francia atraviesa una profunda crisis política tras la caída del gobierno del primer ministro François Bayrou, destituido en una votación de no confianza por 364 votos contra 194. El presidente Emmanuel Macron, que enfrenta el reto de nombrar a su cuarto primer ministro en menos de un año, ve aumentar la presión mientras la Asamblea Nacional permanece fragmentada y dominada por la oposición. La decisión se produce en un contexto de creciente inestabilidad interna y global, con una deuda pública que alcanzó los 3,3 billones de euros, y en medio de tensiones internacionales por las guerras en Ucrania y Gaza.
La fragmentación política complica el futuro de Francia
El colapso del gobierno de François Bayrou, en funciones desde diciembre de 2024, refleja la dificultad del presidente Emmanuel Macron para consolidar una mayoría estable en la Asamblea Nacional. Tras disolver el Parlamento en junio de 2024 con la esperanza de fortalecer su bloque centrista, el resultado fue el opuesto: una cámara profundamente fragmentada, con fuerzas de izquierda y extrema derecha que, aunque enfrentadas entre sí, han encontrado puntos de acuerdo para bloquear sistemáticamente las iniciativas del Ejecutivo.

Este escenario ha llevado a Macron a un desgaste constante, tras el fracaso de tres primeros ministros consecutivos (Gabriel Attal, Michel Barnier y François Bayrou) en menos de doce meses. La falta de consensos internos limita la capacidad del gobierno para implementar reformas estructurales, especialmente en materia fiscal, mientras aumenta la presión de los mercados y de las potencias europeas por garantizar la estabilidad política y económica de la segunda mayor economía de la eurozona.
El dilema del sucesor de Bayrou
La caída del gobierno de François Bayrou deja a Emmanuel Macron frente a uno de los mayores desafíos de su presidencia, nombrar un cuarto primer ministro en menos de dos años o convocar elecciones legislativas anticipadas. Sin embargo, ninguna de las opciones ofrece garantías de estabilidad. La fragmentación de la Asamblea Nacional hace difícil que cualquier candidato logre el respaldo suficiente para sostenerse, y los analistas advierten que una nueva votación podría replicar el actual bloqueo parlamentario.

Mientras tanto, Bayrou permanecerá como primer ministro interino hasta que Macron tome una decisión, en medio de presiones cruzadas de la izquierda, la extrema derecha y su propio bloque centrista. Entre los nombres que suenan para sucederlo, destacan figuras de distintos espectros políticos. En la izquierda, los más mencionados son Olivier Faure, líder del Partido Socialista, y Bernard Cazeneuve, ex primer ministro con experiencia de gobierno, así como Pierre Moscovici, actual presidente de la Cour des Comptes.
Si Macron decide mantener el eje centroderechista, las opciones principales serían Sébastien Lecornu, ministro de Defensa y cercano al presidente, y Catherine Vautrin, ministra de Trabajo y Salud. También se barajan los nombres de Bruno Retailleau, ministro del Interior, y Gérald Darmanin, ministro de Justicia. Sin embargo, en un clima político marcado por la polarización y con la mirada puesta en las presidenciales de 2027, ninguno de los posibles candidatos parece tener un camino despejado para garantizar estabilidad.
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