El reciente acuerdo entre el Reino Unido, España, la UE y Gibraltar establece un marco que refuerza la soberanía británica, garantiza la estabilidad económica del Peñón y elimina los controles fronterizos entre Gibraltar y España. Aunque la negociación no modifica el estatus jurídico del territorio, el tratado ha reactivado debates históricos sobre otros enclaves británicos, especialmente las Islas Malvinas. Desde Buenos Aires, el gobierno de Javier Milei renovó sus reclamos de soberanía para recuperar las islas, respaldado por la OEA y el Comité de Descolonización de la ONU, que instaron a Londres a reanudar el diálogo.
El acuerdo de Gibraltar y la defensa de la soberanía británica
El acuerdo político alcanzado el 11 de junio de 2025 entre el Reino Unido, la UE, España y Gibraltar establece un marco que elimina los controles fronterizos entre el Peñón y España, mantiene la autonomía militar británica y garantiza la prosperidad económica de la región. Además, se incluyó una cláusula explícita que protege la soberanía del Reino Unido sobre Gibraltar, pese a que España continúa reclamando derechos históricos sobre el territorio.

En paralelo, la postura británica sobre Gibraltar tiene un efecto simbólico directo sobre las Islas Malvinas. Tras la cesión de soberanía del archipiélago de Chagos a Mauricio, que provocó fuerte rechazo de los conservadores y parte de la opinión pública británica, Argentina interpreta el acuerdo como una señal de que Londres endurecerá su posición frente a reclamos de terceros, incluyendo Buenos Aires. Para Reino Unido, mantener un control firme sobre Gibraltar también refuerza la narrativa de que las Malvinas seguirán siendo británicas, según reiteró el primer ministro Keir Starmer en un debate parlamentario.
Argentina redobla sus reclamos sobre Malvinas
Tras la firma del acuerdo sobre Gibraltar, el presidente Javier Milei ratificó la determinación inquebrantable de Argentina para recuperar la soberanía de las Islas Malvinas. Su mensaje coincidió con la resolución unánime de la OEA y del Comité de Descolonización de la ONU, que instaron al Reino Unido a reanudar las negociaciones con Buenos Aires. La Cancillería argentina sostiene que, a diferencia de Gibraltar, donde existe un tratado formal con España, en el caso de las Malvinas persiste un proceso inconcluso de descolonización, argumento que recibe respaldo regional.

El paralelismo entre ambos casos es inevitable: mientras Gibraltar logra un modelo de integración económica sin renunciar a su estatus británico, las Malvinas permanecen como un conflicto abierto que enfrenta derechos históricos, autodeterminación de los isleños y la proyección geoestratégica del Atlántico Sur. Para Argentina, la flexibilidad de Londres en acuerdos como el de Gibraltar debería ser una oportunidad para presionar por un diálogo renovado. Sin embargo, las recientes declaraciones de Starmer, reafirmando que las “Malvinas son británicas y lo seguirán siendo”, confirman que Londres no cederá soberanía en el corto plazo.
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