Recientemente, fuentes no oficiales confirmaron la presencia de instructores ucranianos en Somalia, reflejando una nueva fase en la estrategia militar occidental en África. La tercerización de lo militar, junto a la expansión de modelos de guerra híbrida es latente. En el centro del operativo se encuentra Bancroft Global Development, una organización privada que entrena tropas, firma contratos millonarios y promueve inversiones en zonas de conflicto.
Se cree que la llegada de especialistas militares ucranianos a Somalia ocurre en el marco del entrenamiento de la Brigada Danab, aunque también podría estar relacionada con la guerra entre Rusia y Ucrania. El despliegue estaría canalizado a través de Bancroft Global Development, lo cual refuerza el modelo de guerra tercerizada que combina asesoramiento militar, inversión privada y operaciones encubiertas.
La escena militar en Somalia y un actor inesperado
La Brigada Danab, creada en 2014 como unidad de élite del Ejército Nacional Somalí, ha sido entrenada, equipada y financiada por Estados Unidos a través de un programa especial que presupuesta y permite al Pentágono operar con fuerzas extranjeras en el país africano. Bancroft, una organización sin fines de lucro con sede en Washington, es el contratista principal detrás del desarrollo de Danab. Su rol incluye reclutamiento, entrenamiento, asesoramiento estratégico y, en paralelo, inversiones inmobiliarias en Mogadiscio.

La llegada de instructores ucranianos se interpreta como parte de una estrategia de “coalición de capacidades”, donde países aliados aportan experiencia militar en escenarios periféricos. En este caso, Ucrania —con más de 80.000 soldados entrenados por Europa desde 2022— podría exportar su know-how en combate irregular a un país que lleva décadas sumido en el caos.
Bancroft: el arquitecto militar en África oriental
Fundada en 1999 como organización de remoción de minas, Bancroft Global Development evolucionó hacia un rol central en la arquitectura militar estadounidense en África. Su vínculo con el Departamento de Estado y el Pentágono se consolidó a través del entrenamiento de tropas somalíes, especialmente la Brigada Danab. Aunque opera como entidad sin fines de lucro, comparte liderazgo con Bancroft Global Investments, una firma que ha adquirido propiedades clave en Somalia y se posiciona como uno de los mayores desarrolladores inmobiliarios del país.

Desde 2011, Bancroft ha sido clave en la mejora de capacidades de combate de tropas africanas, según funcionarios de la ONU y la Unión Africana. En 2019, la empresa aceptó contratos por más de 730.000 dólares en seis meses, y alquiló propiedades propias al gobierno estadounidense para conferencias. Su campus internacional en el aeropuerto de Mogadiscio empleaba en su momento a más de 800 jóvenes somalíes.
Este modelo híbrido de seguridad, inversión y asesoramiento militar también ha despertado críticas por la opacidad de sus contratos y el uso de fondos públicos para fines privados. A pesar de ello, Bancroft ha logrado consolidar a Danab como la única unidad ofensiva del Ejército somalí, mientras el resto de las fuerzas permanece debilitado y atravesado por la corrupción.

“La lucha contra el Shabab, un grupo que las autoridades estadounidenses temen que algún día pueda atentar contra Occidente, se ha subcontratado en su mayor parte a soldados africanos y empresas privadas. Al igual que otras empresas de seguridad en Somalia, Bancroft ha prosperado como una especie de apoderado del gobierno estadounidense”, rezaba un artículo del New York Times en el año 2011.
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