Una operación aeronaval sin precedentes en el mar de Noruega ha puesto en alerta a la OTAN. Aviones de patrulla marítima británicos, estadounidenses y noruegos, junto con unidades navales aliadas, participaron en la persecución de un submarino ruso sospechado de haber representado una amenaza directa contra el portaaviones estadounidense USS Gerald R. Ford, el buque insignia de la Marina de los Estados Unidos y el mayor de su clase.
Una operación de gran escala
Según reveló el diario británico The Sun y replicaron medios noruegos como Dagbladet, la cacería comenzó el domingo por la noche cuando un submarino ruso fue detectado cerca de las islas Lofoten, en una zona donde la OTAN realizaba maniobras conjuntas. Desde entonces, los aliados realizaron al menos 27 misiones con aeronaves Boeing P-8A Poseidon, equipadas con sensores avanzados, sonoboyas, torpedos y misiles antisubmarinos.

El Reino Unido desplegó ocho vuelos desde la base aérea de Lossiemouth en Escocia, mientras que Noruega envió tres aparatos desde Evenes, dentro del Círculo Polar Ártico. A su vez, Estados Unidos reforzó la operación desde Islandia y Sicilia, incrementando la capacidad de búsqueda en un área marítima estratégica donde el lecho marino alcanza profundidades de hasta mil metros.
Un portavoz del Ministerio de Defensa británico confirmó que se trataba de “una operación y no un ejercicio”, aunque evitó precisar detalles por razones de seguridad.
Señales hacia rusia y tensiones estratégicas
La presencia del USS Gerald R. Ford junto con unidades de la Armada Real noruega explica la importancia de la misión. Los portaaviones estadounidenses suelen ser seguidos de cerca por medios de inteligencia rusos, pero la magnitud del despliegue esta vez indica que se trató de un episodio altamente inusual.

“Esto es la OTAN mostrando que está en control. O ya han localizado al submarino, o siguen en la búsqueda activa para neutralizarlo”, declaró el excomandante de submarinos Ryan Ramsay al citado medio británico. Otro exoficial de la Marina Real, Tom Sharpe, sostuvo que “parece que encontraron un submarino ruso y lo están golpeando, el mensaje es claro: ‘te vemos’”.
Las aeronaves implicadas en la operación incluso apagaron sus transpondedores al aproximarse a la zona, una práctica que sugiere movimientos encubiertos en un contexto operativo real.
Contexto geopolítico y respuesta aliada
Este incidente se da en un momento de máxima tensión entre la OTAN y Moscú. Desde la invasión rusa a Ucrania en 2022, los contactos militares en el Ártico y el Atlántico Norte se intensificaron, con Rusia utilizando submarinos de ataque para vigilar y, en ocasiones, desafiar el tránsito de buques de la Alianza.
El mar de Noruega es un corredor crítico para el acceso de los submarinos rusos de la Flota del Norte al Atlántico, lo que explica la vigilancia constante por parte de los aliados. El despliegue de medios antisubmarinos de esta magnitud refuerza la idea de que la OTAN busca enviar un mensaje de disuasión frente a cualquier intento ruso de amenazar a su principal activo naval: los grupos de portaaviones estadounidenses.

En declaraciones recogidas por Dagbladet, el teniente coronel Brynjar Stordal, del cuartel general operativo noruego, admitió que “es habitual que Rusia utilice aviones, buques de superficie y submarinos para vigilar a los portaaviones en las zonas septentrionales”, aunque evitó confirmar detalles de la operación en curso.
La persecución duró más de 48 horas y, según estimaciones de fuentes militares, podría haberse tratado del seguimiento a un submarino de la clase Kilo o Yasen, ambos habituales en las operaciones de interdicción rusas.
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