Lituania reveló un ambicioso plan de defensa para su frontera con Rusia, en el marco de su papel como aliado de primera línea de la OTAN. El proyecto contempla más de 30 millas de fortificaciones, con medidas como dientes de dragón, zanjas antitanque, puentes preparados para demolición y campos minados, diseñados para retrasar o impedir un posible avance ruso. Con una inversión de más de 1.200 millones de dólares en diez años, financiados en parte por programas de la Unión Europea, Lituania busca fortalecer su seguridad nacional y coordinar sus esfuerzos con los planes defensivos de Polonia, Letonia y Estonia.
Un muro defensivo en el corazón de Europa
El Ministerio de Defensa de Lituania compartió imágenes de su nuevo sistema de defensa fronteriza, que se extiende por 30 millas e integra barreras físicas y fortificaciones en profundidad. Los primeros tres kilómetros contarán con puntos de control reforzados, zanjas antitanque, dientes de dragón, campos minados y posiciones fortificadas. Más allá, hasta las 12 millas, se implementarán drenajes, puentes listos para volar, posiciones secundarias y obstáculos adicionales. Este diseño escalonado busca ralentizar un eventual ataque de Rusia en caso de conflicto.

La iniciativa no es una decisión aislada. Tiene relación con la Baltic Defence Line, desarrollada junto a Letonia y Estonia, y con el proyecto East Shield de Polonia, que contempla campos minados y barreras de hormigón en su propia frontera. Para la OTAN, estos refuerzos representan una pieza clave en la disuasión colectiva frente a Moscú. El despliegue de sistemas de defensa aérea, como los Patriot alemanes, y el estacionamiento de una brigada alemana de 5.000 efectivos en territorio lituano buscan extender la protección de Lituania y sus vecinos para resguardar la seguridad de toda la Alianza.
La defensa de Lituania ante la guerra híbrida rusa
La preocupación de Lituania por su frontera con Rusia no se limita a los escenarios convencionales de una invasión terrestre. Vilna denunció un aumento alarmante de las interferencias de señal GPS, atribuidas al enclave ruso de Kaliningrado. Según datos de la empresa de control aéreo Oro Navigacija, los pilotos lituanos reportaron 1.022 incidentes de jamming en junio de 2025, frente a solo 46 en el mismo mes del año anterior. Estas interrupciones, que también afectan a Letonia, Estonia, Polonia, Suecia y Finlandia, representan una forma de guerra híbrida que debilita las capacidades de navegación y supone un riesgo para la aviación civil y militar en Europa.

Autoridades lituanas han identificado más de diez ubicaciones desde donde Rusia estaría emitiendo estas interferencias, lo que llevó a la OTAN y a agencias internacionales como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) a manifestar grave preocupación. El ministro de Transporte, Eugenijus Sabutis, advirtió que la Unión Europea debe asumir que estas prácticas no desaparecerán y que Moscú seguirá actuando de forma maliciosa. Para Vilna, la combinación de fortificaciones físicas en la frontera y defensas digitales frente a la guerra electrónica es esencial para reforzar la defensa nacional y garantizar la seguridad aérea en un contexto de creciente confrontación con Rusia.
Te puede interesar: Debido a la amenaza de Rusia, Alemania desplegó tropas en Lituania por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial













