La planta rusa Arctic LNG 2, controlada por la compañía Novatek, continúa despachando cargamentos de gas natural licuado pese a las sanciones impuestas por Estados Unidos. Según la firma Kpler, el petrolero sancionado Buran cargó recientemente en la terminal de Utrenny, en la península de Gydan, sumando ya cinco envíos en lo que va del año. En total, se estima que el proyecto mantiene más de 400.000 toneladas de GNL a bordo de seis buques cisterna incluidos en listas negras y otras 320.000 toneladas almacenadas en terminales de transbordo en Murmansk y Kamchatka.

La pregunta central sigue siendo quién se atreverá a comprar estos volúmenes, considerando que Washington ha advertido a las empresas asiáticas y europeas sobre posibles sanciones secundarias si participan en estas operaciones. El momento coincide con la reciente cumbre entre Rusia y Estados Unidos en Alaska, aunque no hay señales claras de que el diálogo diplomático modifique el marco de restricciones vigente.
Para Novatek, operar los trenes de licuefacción a capacidad reducida puede generar daños técnicos a largo plazo, lo que eleva el riesgo financiero y operativo del proyecto.
Buques en ruta y destinos inciertos
El Buran, sancionado por Washington, ya acumula parte de su carga desde junio y podría unirse en breve a otros cinco buques cisterna que navegan hacia Asia sin destino confirmado. Entre ellos figuran el Arctic Mulan, el Christophe de Margerie y los petroleros Iris, Voskhod y Zarya. Todos partieron entre junio y agosto y avanzan por la Ruta del Mar del Norte o el Pacífico rumbo a mercados asiáticos.
Los analistas señalan que la terminal de Kamchatka ya se encuentra saturada, lo que obliga a muchos barcos a permanecer flotando a la espera de compradores.

Las sanciones han convertido estos cargamentos en un verdadero dilema geopolítico: a pesar de ofrecerse con descuentos considerables, la mayoría de los compradores en Asia-Pacífico temen exponerse a represalias financieras de Estados Unidos. Algunos observadores, sin embargo, no descartan que ya se estén realizando entregas discretas para mantener a flote las operaciones del proyecto.
China y el riesgo de sanciones secundarias
China, el mayor importador mundial de GNL, aparece como el candidato natural para absorber estos volúmenes. No obstante, su postura oficial se mantiene ambigua. Pekín ha mostrado interés en aumentar las compras de energía rusa, pero al mismo tiempo evita desafiar de manera directa a Washington en un terreno tan sensible como el energético.
Datos de Kpler muestran que algunos buques del Arctic LNG 2 han hecho escala en puertos chinos durante el último año. Entre ellos figuran el Sputnik Energy, el Nova Energy y el East Energy, que pasaron por astilleros en Zhoushan tras descargar previamente en Kamchatka.

La posibilidad de que China active compras más firmes dependerá de su capacidad para esquivar sanciones secundarias y de su cálculo político en plena guerra comercial con Estados Unidos. Por ahora, el mercado permanece expectante: Rusia necesita vender, Asia necesita energía, pero el riesgo diplomático sigue siendo el factor decisivo.
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