Una simulación de crisis reveló que, ante un bloqueo de China sobre Taiwán, Singapur podría convertirse en el actor esencial para la evacuación de hasta un millón de ciudadanos del sudeste asiático atrapados en la isla. El ejercicio, realizado en abril 2025 en un hotel de Singapur con participación de exfuncionarios, militares y expertos en seguridad, mostró que los países de la región dependerían de la capacidad logística y las relaciones estratégicas de Singapur para abrir un corredor seguro, pese a las tensiones con Pekín.
Dependencia estratégica hacia Singapur
Durante dos días, unos 40 participantes, incluidos funcionarios en activo y retirados, así como académicos de seguridad, simularon en Singapur las respuestas de los gobiernos del sudeste asiático ante un hipotético bloqueo aéreo y marítimo de China a Taiwán. El objetivo principal era coordinar la evacuación de aproximadamente un millón de ciudadanos extranjeros, en su mayoría indonesios, vietnamitas y filipinos, residentes en la isla. A lo largo del ejercicio, la inacción inicial dio paso a una conclusión contundente. Sin el liderazgo logístico de Singapur, las operaciones de rescate serían inviables.

La clave radicó en la discreta y prolongada presencia de fuerzas singapurenses en Taiwán, establecida desde 1975 bajo el llamado Proyecto Starlight. Este vínculo le otorgó a Singapur acceso a infraestructura aérea y capacidad de negociación para abrir un corredor de evacuación, incluso en un contexto de alta tensión con Pekín. Aunque el simulacro no definió cómo se obtendría la aprobación china, sí evidenció que las redes y la preparación previa pueden marcar la diferencia entre un rescate exitoso y una crisis humanitaria de gran escala.
Cultura popular y conciencia estratégica
Mientras la simulación del bloqueo de China sobre Taiwán expuso la importancia de Singapur para una eventual evacuación regional, en la isla crece un fenómeno cultural que también aborda este escenario. La serie taiwanesa Zero Day Attack, estrenada en agosto, imagina una invasión china en 2028 iniciada bajo el pretexto de un avión de combate desaparecido. Con un enfoque en las divisiones políticas internas y el caos social más que en las batallas, el drama ha generado debate sobre el riesgo de alimentar un fatalismo nacional o, por el contrario, de preparar psicológicamente a la población ante un posible conflicto.

A la par, el mercado taiwanés ha visto surgir juegos de mesa y plataformas digitales que simulan ataques o infiltraciones del Partido Comunista Chino, como el título 2045 o la app Reversed Front, prohibida en Hong Kong por motivos de seguridad nacional. Para sus creadores, estas obras buscan educar y sensibilizar sobre las amenazas híbridas, aunque expertos advierten que también pueden aumentar la ansiedad social. Pekín, por su parte, ha calificado estas producciones como intentos de fomentar la división de la percepción pública.
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