Frente a la reciente decisión del gobierno del Líbano de confiscar y restringir las armas en el país que no pertenezcan a las Fuerzas Armadas, Hezbolá emitió duras críticas y afirmó que haría caso omiso a la medida. La idea de restringir las armas únicamente a las fuerzas oficiales del Estado para finales de año se ganó las críticas del grupo chií, que cree que se trata de un plan sirve a los intereses israelíes y estadounidenses.

Cabe destacar que el Consejo de Ministros del Líbano autorizó esta semana al ejército libanés a elaborar un plan para confinar las armas en todo el país, un importante desafío para Hezbolá, apoyado por Irán. El plan se presentará al Consejo de Ministros a finales de agosto para su debate y aprobación.
La reacción de Hezbolá fue directamente contra el primer ministro Nawaf Salam, a quien acusaron de plegarse a las exigencias estadounidenses. Desde el grupo destacaron que el mandatario estaba cometiendo un “grave pecado”, agudizando la división nacional en torno a los llamamientos al desarme del grupo.
La medida gubernamental
La decisión recientemente comunicada fue adoptada luego de que Estados Unidos y los partidos libaneses contrarios a Hezbolá intensificaran la presión sobre el gabinete para que se comprometiera públicamente a desarmar a las fuerzas “no oficiales”. Principalmente, el pedido fue impulsado por el temor de que Israel intensifique los ataques contra el Líbano en caso de no hacerlo.

En este escenario, la sesión en el palacio presidencial libanés fue la primera vez que el gabinete abordó el tema de las armas de Hezbolá. Para muchos era algo inimaginable, considerando la influencia del grupo antes de la devastadora guerra con Israel del año pasado.
En torno a la medida gubernamental, se prevé que el gabinete se reúna nuevamente este jueves para seguir debatiendo las propuestas estadounidenses de desarme de Hezbolá en un plazo concreto.
El rechazo desde Hezbolá
La declaración escrita del grupo chií causó revuelo a nivel internacional. “El gobierno del primer ministro Nawaf Salam cometió un grave pecado al tomar la decisión de despojar a Líbano de sus armas para resistir al enemigo israelí…. Esta decisión sirve plenamente a los intereses de Israel”, declararon sus miembros.

Además, Hezbolá enfatizó en que esta decisión “socava la soberanía de Líbano y da vía libre a Israel para manipular su seguridad, su geografía, su política y su existencia futura”. Culminaron su mensaje afirmando: “Por lo tanto, trataremos esta decisión como si no existiera”.
Según el comunicado, los ministros chiíes abandonaron la sesión del gabinete antes de que se tomara la decisión. Por ello, Hezbolá afirmó estar dispuesto a discutir una estrategia de seguridad nacional más amplia, pero no bajo el fuego israelí. “Estamos abiertos al diálogo, a poner fin a la agresión israelí contra Líbano, a liberar su tierra, a poner en libertad a los presos, a trabajar para construir el Estado y a reconstruir lo destruido por la brutal agresión”, subrayó el grupo.
Hezbolá no aceptará ningún desarme, advirtió el secretario general
Cabe recordar que el pasado lunes, Naim Qassem, secretario general de Hezbolá, emitió un mensaje televisado en el que dejó en claro que su organización no aceptará ningún calendario de desarme dictado por actores externos. En paralelo, enfatizó en que esta medida no puede tenerse en cuenta cuando aún persisten las violaciones israelíes al alto el fuego, firmado en noviembre de 2024.
Qassem también advirtió que cualquier escalada militar israelí será respondida con contundencia, amenazando con “colapsar en una hora” la estabilidad lograda en los últimos ocho meses.
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