Nuevas imágenes satelitales muestran que Rusia ha construido búnkeres reforzados en varias de sus bases aéreas con el objetivo de proteger sus aeronaves vulnerables frente a los ataques con drones lanzados por Ucrania. Según una evaluación de inteligencia difundida por el Ministerio de Defensa del Reino Unido, estas estructuras forman parte de una respuesta defensiva ante la creciente amenaza que representan los drones de largo alcance ucranianos.

Estas estructuras consisten en refugios abovedados con puertas blindadas, algunas de ellas recubiertas con tierra para aumentar su resistencia frente a explosiones, metralla y fragmentación.
Ucrania intensifica el uso de drones de fabricación local
Desde el inicio de la guerra, Ucrania ha incrementado significativamente su capacidad de desarrollar y desplegar drones de largo alcance, muchos de ellos de fabricación nacional, ante las restricciones impuestas por Estados Unidos y otros aliados occidentales en el uso de misiles de largo alcance dentro del territorio ruso.

Uno de los principales focos de estas operaciones han sido las bases aéreas rusas, dado que desde allí Moscú lanza ataques con misiles y bombas guiadas que afectan tanto a tropas ucranianas como a objetivos civiles. En este sentido, las nuevas imágenes satelitales no solo documentan la respuesta rusa, sino que reflejan la evolución del conflicto hacia un patrón de desgaste con una creciente dependencia de ataques de precisión a distancia.
Estrategias defensivas rusas frente a la amenaza de drones
Además de los búnkeres reforzados, Rusia ha implementado otras tácticas defensivas poco convencionales para engañar o desorientar a los drones enemigos. Entre ellas se incluyen la pintura de aviones falsos en pistas de aterrizaje y la cobertura de aeronaves reales con neumáticos, buscando dificultar su identificación por parte de los sistemas de guiado de los drones. No obstante, expertos internacionales aún cuestionan la eficacia real de estas medidas.

Esta tendencia refleja una transformación del conflicto desde un enfrentamiento territorial hacia una guerra tecnológica, donde la superioridad en innovación y recursos juega un rol cada vez más decisivo.
En este nuevo escenario, las imágenes satelitales no solo sirven como prueba documental, sino como herramienta de análisis estratégico, al revelar cómo evoluciona la arquitectura militar rusa bajo presión constante de una guerra que, a más de tres años y medio de iniciada, sigue desarrollándose con nuevas dimensiones tácticas.
Te puede interesar: Estados Unidos simuló un ataque con drones en sus bases militares en medio de la proliferación y la amenaza de Rusia y China













