En un nuevo giro respecto a la guerra en Ucrania, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró este 28 de julio que reducirá el plazo que le había otorgado a su homólogo de Rusia, Vladímir Putin, para alcanzar un alto el fuego. “Estoy muy decepcionado con el presidente de Rusia, Putin. Estoy cortando los 50 días que le di”, afirmó Trump desde su club en Turnberry, Escocia, en una conferencia conjunta con el primer ministro británico, Keir Starmer. El mandatario estadounidense sostuvo que ya no tiene razones para esperar más, y que el nuevo plazo será de entre 10 y 12 días, argumentando que Rusia no mostró señales de desescalada.

En este sentido, Trump había anunciado originalmente un ultimátum de 50 días a Moscú a comienzos de julio, advirtiendo que si en ese lapso no se alcanzaba un acuerdo de paz, su administración impondría sanciones secundarias del 100 % a cualquier país que mantuviera comercio con Rusia, particularmente en el sector energético. Esta medida, pensada para debilitar los ingresos de guerra del Kremlin, fue recibida con escepticismo por Moscú, que calificó la amenaza como “un acto teatral sin sustancia diplomática”.
Pese a las advertencias de Trump, Rusia intensifica su ofensiva
En paralelo, la situación en el terreno se deteriora. Las fuerzas rusas intensificaron su ofensiva de verano en el este de Ucrania, en particular en la región de Donetsk. Según informó el portavoz del grupo de fuerzas Khortytsia, Viktor Tregubov, Rusia logró ciertos avances entre las ciudades de Pokrovsk y Kostiantynivka, zonas estratégicas que Kiev intenta defender desde hace meses. Aunque Tregubov señaló que no hay una amenaza inmediata de un ataque frontal a Pokrovsk, advirtió que las tropas rusas están tratando de rodear la ciudad para forzar un control progresivo del área.
La situación humanitaria en algunas regiones de Ucrania preocupa
Medios como Kyiv Independent advierten que la situación humanitaria en Pokrovsk se volvió crítica. De acuerdo con el gobernador regional Vadym Filashkin, aproximadamente 1.380 personas permanecen en la ciudad y otras 2.700 en los alrededores. Los bombardeos constantes interrumpieron el suministro de alimentos y agua, y las autoridades locales advierten sobre un colapso de los servicios básicos. En las últimas 24 horas, al menos cuatro civiles murieron y 40 resultaron heridos en distintos ataques rusos a lo largo del país, incluidos bombardeos con drones Shahed y misiles contra regiones como Kiev, Jersón, Dnipropetrovsk y Sumy.

La Fuerza Aérea de Ucrania informó que interceptó 309 drones y dos misiles de crucero durante la noche del 27 al 28 de julio, aunque al menos 15 drones y dos misiles impactaron en objetivos civiles. En Kiev, un dron golpeó un edificio de apartamentos en el distrito de Darnytskyi, dejando ocho heridos. En Sumy, un dron ruso alcanzó un autobús con civiles evacuados, provocando la muerte de tres personas y dejando 19 heridos.
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