Luego de cuatro días de enfrentamientos con artillería pesada a lo largo de los 817 kilómetros de frontera terrestre que separan a Camboya y Tailandia, ambos países acordaron este lunes un alto al fuego del fuego inmediato e incondicional. El acuerdo fue sellado en la ciudad administrativa malaya de Putrajaya, bajo la mediación del primer ministro de Malasia, Anwar Ibrahim, en su calidad de presidente pro témpore de la ASEAN.
Detalles del acuerdo
El anuncio se produce tras una escalada que dejó al menos 35 muertos —incluidos numerosos civiles— y obligó al desplazamiento de más de 300.000 personas en ambos lados del conflicto. Según los términos del acuerdo, el cese de hostilidades entrará en vigor a la medianoche del lunes. Se trata del peor repunte de violencia en la zona desde el periodo 2008-2011.

En una señal de unidad regional, los primeros ministros Hun Manet (Camboya) y Phumtham Wechayachai (Tailandia, interino) se comprometieron a “reconstruir la confianza mutua” y encaminarse hacia una solución duradera. “Es hora de mirar hacia adelante”, sostuvo Hun, quien calificó la reunión como “fructífera” y enfatizó la necesidad de brindar seguridad a los cientos de miles de afectados.
Wechayachai, por su parte, recalcó que su gobierno negoció “de buena fe”, aunque antes de viajar a Malasia había advertido que Phnom Penh debía “demostrar una voluntad genuina de paz”.
Presión internacional y respaldo de potencias
La reunión contó con la presencia de representantes de Estados Unidos y China, quienes habrían facilitado el encuentro, según fuentes diplomáticas citadas por Reuters. Ambas potencias, competidoras estratégicas en el Sudeste Asiático, habían llamado al diálogo desde los primeros intercambios de fuego.

El acuerdo contempla la reanudación de canales diplomáticos directos entre los líderes y ministros de Relaciones Exteriores y Defensa de ambos países. Se establecerá también un mecanismo conjunto para supervisar y verificar el cumplimiento del alto el fuego. El martes se celebrará una reunión informal entre los comandantes militares de ambos lados, seguida por una cumbre regional de agregados de defensa el 4 de agosto, bajo el paraguas de la ASEAN.
Escalada armada y acusaciones cruzadas
La violencia estalló el pasado jueves con un intercambio de disparos que rápidamente escaló a bombardeos con artillería pesada en diversos sectores de la frontera. El Ministerio de Defensa camboyano denunció ataques tailandeses en zonas cercanas a los templos de Ta Moan Thom y Ta Kwai —territorios en disputa histórica—, acusando al Ejército tailandés de querer “apropiarse de territorio camboyano” mediante bombardeos y uso de bombas de humo desde aeronaves.

Por su parte, Tailandia responsabilizó a Camboya de acampar francotiradores en los santuarios mencionados y de atacar localidades fronterizas. El resultado ha sido devastador: 22 muertos del lado tailandés (14 de ellos civiles), más de 100 heridos y 140.000 evacuados en siete provincias. Del lado camboyano se registraron 13 fallecidos y más de 135.000 personas desplazadas.
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