Una nueva señal de tensión geopolítica emergente en el Ártico tuvo lugar el viernes 25 de julio, cuando la Guardia Costera de Estados Unidos detectó la presencia del buque chino Xue Long 2, un rompehielos con bandera china, a 130 millas náuticas dentro de la Plataforma Continental Extendida (ECS, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, a unos 290 kilómetros al norte de Utqiagvik, Alaska.
El buque, operado por el Instituto de Investigación Polar de China, se encontraba en aguas consideradas por Washington como de jurisdicción exclusiva para la conservación y explotación de recursos vivos y no vivos. En respuesta, un avión de patrullaje C-130J Hercules, perteneciente a la Estación Aérea de la Guardia Costera en Kodiak, fue desplegado como parte de la Operación Frontier Sentinel, una iniciativa destinada a hacer frente con presencia propia a cualquier actividad de actores estatales adversarios cerca de las aguas estadounidenses.

“El patrullaje y la vigilancia de embarcaciones extranjeras en las proximidades de nuestras aguas son tareas permanentes para proteger la integridad territorial y defender nuestros intereses soberanos frente a actividades estatales malignas”, declaró el contralmirante Bob Little, comandante del Distrito Ártico de la Guardia Costera.
Preocupación estratégica en un Ártico cada vez más disputado
La aparición del Xue Long 2 en el ECS estadounidense se suma a una creciente cadena de movimientos de potencias extranjeras en el Ártico. Según informó CBS News, el buque había sido previamente monitoreado por las Fuerzas Armadas de Canadá, que confirmaron que, aunque no ingresó a aguas territoriales canadienses, estaba siendo “activamente rastreado” con aeronaves de vigilancia CP-140 Aurora desplegadas desde Alaska.
En paralelo, el Comando de Defensa Aeroespacial de Norteamérica (NORAD) reveló que días antes se había producido otro incidente en la región: cuatro aviones militares rusos fueron detectados y escoltados tras ingresar a la Zona de Identificación de Defensa Aérea de Alaska (ADIZ). Aunque este espacio es técnicamente internacional, está bajo vigilancia intensiva debido a su proximidad con territorio estadounidense.

Estos episodios recuerdan a otro momento de alta tensión en julio de 2024, cuando bombarderos rusos y chinos fueron interceptados en la misma ADIZ. Fue la primera vez que ambas potencias realizaron un vuelo conjunto en esa zona, con la participación inédita de bombarderos chinos H-6.
China busca ampliar su huella en el Ártico
Aunque oficialmente el Xue Long 2 es una embarcación de investigación científica, analistas en seguridad y defensa han señalado que la presencia de buques de este tipo forma parte de una estrategia de proyección más amplia por parte de China en regiones polares. Bajo el concepto de “Ruta de la Seda Polar”, Beijing ha manifestado un creciente interés en las rutas marítimas del Ártico, no sólo por razones científicas sino también comerciales y estratégicas.
La Plataforma Continental Extendida otorga a los Estados ribereños derechos exclusivos sobre los recursos naturales del lecho marino más allá de las 200 millas náuticas, de acuerdo con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS). Aunque EE.UU. no ha ratificado formalmente dicha convención, ha delineado su ECS mediante estudios geológicos y se arroga la capacidad de ejercer jurisdicción sobre esa franja.
La presencia de una embarcación estatal extranjera dentro de ese espacio, sin autorización, representa un incidente diplomático sensible y se enmarca en una competencia creciente por la hegemonía sobre los recursos y las rutas de navegación del Ártico.
Un escenario geopolítico cada vez más militarizado
Los acontecimientos recientes en el Ártico evidencian una dinámica de creciente militarización del extremo norte del planeta. La combinación de deshielos acelerados, rutas navegables emergentes y recursos energéticos estimados ha intensificado la actividad de potencias como Rusia, China, Canadá y Estados Unidos.
En este contexto, la intercepción del Xue Long 2 no es un hecho aislado sino parte de una serie de episodios que reflejan el ascenso del Ártico como nuevo teatro de competencia estratégica en el siglo XXI.
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