El posible retorno del servicio militar obligatorio en Alemania ha desatado un intenso debate sobre su viabilidad económica y su papel en la defensa nacional. Mientras el gobierno argumenta que es una respuesta necesaria ante el deterioro de la seguridad europea, voces del sector empresarial advierten que esta medida podría frenar la incorporación de jóvenes al mercado laboral y afectar negativamente a la economía alemana.
El dilema entre seguridad y productividad
El ministro de Defensa, Boris Pistorius, está impulsando un paquete de medidas para reforzar a la Bundeswehr, con el servicio militar obligatorio como eje central. Aunque no ha sido abolido formalmente, el servicio se encuentra suspendido desde hace más de una década. En un contexto marcado por la guerra en Ucrania y el posible deterioro de los vínculos transatlánticos, el gobierno considera que Alemania debe estar preparada para una eventual agresión a un miembro de la OTAN a partir de 2029. El modelo propuesto apunta a reclutar unos 5.000 jóvenes al año mediante un “servicio voluntario obligatorio”, con la opción de ampliarlo si no se cubren las plazas.

No obstante, el mundo empresarial ha reaccionado con cautela. Steffen Kampeter, representante de la Confederación de Asociaciones de Empleadores Alemanes, advirtió que una economía fuerte es condición esencial para sostener un rearme creíble. Estudios como los del Instituto de la Economía Alemana y el Instituto Ifo señalan que el impacto dependerá del número de reclutas y la duración del servicio, alertando sobre posibles retrasos en el ingreso al estudio o al empleo. Aunque algunos expertos, como Carlo Masala, minimizan el efecto económico de una medida limitada, el debate deja en evidencia la tensión entre las exigencias de la seguridad nacional y las necesidades del mercado laboral alemán.
Alemania apuesta por IA y “insectos espías” para su defensa
Alemania está reconfigurando su estrategia de defensa mediante una audaz apuesta por tecnologías avanzadas: inteligencia artificial, drones de ataque, robots autónomos, submarinos no tripulados e incluso “cucarachas espías” equipadas con sensores y cámaras. Bajo el liderazgo del canciller Friedrich Merz, el presupuesto de defensa nacional casi se triplicará hasta alcanzar los €162,000 millones anuales para 2029, cumpliendo así la meta de la OTAN del 3,5 % del PBI.

La iniciativa no solo busca fortalecer la seguridad ante la amenaza rusa, sino también impulsar la economía alemana. Expertos señalan que esta renovación del sector defensa podría reactivar la industria, afectada por altos costos energéticos y menor demanda automotriz, y canalizar talento hacia innovaciones que podrían repercutir en sectores civiles. Startups como Helsing, ARX Robotics y SWARM Biotactics, pioneras en bio‑robots que transforman cucarachas en plataformas espía controladas por IA, han atraído inversiones millonarias y ya cuentan con el favor del gobierno.
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