El ex asesor de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Robert O’Brien, afirmó que las bases de la Fuerza Aérea del país son “extremadamente vulnerables” a posibles ataques con drones kamikaze.

O’Brien, quien ocupó el cargo entre 2019 y 2021 durante la administración de Donald Trump, sugirió que ya podrían existir drones chinos dentro del territorio estadounidense listos para ser operados en caso de conflicto. En un tono alarmista, insinuó también que algunos de los solicitantes de asilo liberados por el gobierno de Joe Biden y presuntamente vinculados al Partido Comunista Chino estarían preparados para ejecutar operaciones desde el interior del país.
Referencias a un “nuevo Pearl Harbor” y creciente preocupación sobre seguridad interna
El exfuncionario acompañó sus declaraciones con un artículo del Centro de Análisis Navales de Arlington, Virginia, titulado El próximo Pearl Harbor: la amenaza de los drones modernos a la flota de muelles de Estados Unidos. El informe analiza cómo las nuevas tecnologías no tripuladas representan una amenaza creciente para infraestructuras estratégicas, particularmente cuando pueden ser lanzadas desde ubicaciones cercanas y con bajo costo operativo.

Washington ha mostrado preocupación por la expansión de inversiones chinas en sectores sensibles, incluyendo la adquisición de terrenos próximos a instalaciones militares, una situación que ha llevado a varios estados a legislar restricciones específicas.
Las advertencias del exasesor se suman a un coro creciente de voces en el establishment político estadounidense que alertan sobre la posibilidad de amenazas híbridas desde dentro del país, ya sea a través de ciberataques, sabotajes físicos o el uso encubierto de tecnologías como los drones. Aunque no se han presentado pruebas concretas que respalden sus afirmaciones, el mensaje de O’Brien apunta a un debate más amplio sobre la seguridad de las infraestructuras críticas y el control de inversiones extranjeras en áreas estratégicas.
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