El almirante Stephen Koehler, comandante de la Flota estadounidense del Pacífico, afirmó recientemente que Pekín no ha logrado que los países que reclaman intereses soberanos en el mar de China Meridional renuncien a sus reivindicaciones, pese a sus “tácticas intimidatorias”. Asimismo, aseguró el compromiso de Estados Unidos de “ayudar a defender la libertad de paso” y el Estado de derecho en la región del Indo-Pacífico.

En palabras de Koehler, la misión de la Flota del Pacífico es disuadir la agresión en toda la región, y que junto a sus aliados y socios del Indo Pacífico reforzarán aún más la disuasión contra China si es necesario. “Las tácticas de China se han vuelto cada vez más agresivas con embestidas, cañones de agua, rayos láser y a veces cosas peores. Pero a pesar de estas tácticas intimidatorias… China no ha logrado intimidar a los reclamantes del Sudeste Asiático para que renuncien a sus derechos soberanos”, dijo Koehler.
La postura firme y decisiva de los aliados estadounidenses en la región
En este contexto, Koehler señaló el accionar de Estados asiáticos como Indonesia, Malasia y Vietnam a pesar de la creciente asertividad de Pekín. Por ejemplo, afirmó que estos países han mantenido o ampliado sus operaciones de petróleo y gas en sus Zonas Económicas Exclusivas del Mar de China Meridional.
“Hemos visto una encomiable resistencia y resolución para defender sus derechos marítimos frente a la creciente presión. Casi todos los estados litorales del Sudeste Asiático están priorizando ahora unas capacidades marítimas más fuertes. La Flota del Pacífico de Estados Unidos está siempre dispuesta a colaborar con ustedes para reforzar la disuasión y demostrar que no se puede presionar a ningún país por separado”, subrayó Koehler.

Para el comandante de la flota estadounidense, la disuasión cumple un rol fundamental a la hora de evitar conflictos o que las crisis desborden. Principalmente, se torna crucial a la hora de eludir que se obstaculice el flujo comercial a través de la vía marítima y afectar “a muchas economías”.
Entre acciones y reclamos
Las declaraciones de Koehler surgen en un contexto de amplias reclamaciones sobre el accionar de China en la región. Recientemente, la ministra de Asuntos Exteriores de Australia, Penny Wong, advirtió sobre la “preocupante” escalada militar china y la conducta “desestabilizadora y peligrosa” de sus buques en el mar de China Meridional. “Los desafíos a los que se enfrenta el Indo-Pacífico son de una magnitud que supera las expectativas, pero también vemos oportunidades, aquí en el Indo-Pacífico, la región más dinámica del mundo, y confío en la capacidad de nuestra región para hacer frente a estos desafíos”, subrayó.
De manera similar, el gobierno de Japón pidió este viernes a China, de manera formal, que cese los vuelos de sus aviones de combate demasiado próximos a aeronaves japonesas en el mar de la China Oriental. La denuncia surge tras un nuevo incidente en el que un caza chino JH-7 voló a solo 30 metros de un avión de inteligencia electrónica japonés, lo que Tokio calificó como una amenaza a la seguridad aérea y un riesgo de colisión.

En este contexto también, Estados Unidos ha optado por desplegar un moderno sistema de misiles en Filipinas, marcando un nuevo capítulo en la estrategia militar de Washington en el Indo-Pacífico. Cabe recordar que, a finales de abril, los Marines de Estados Unidos trasladaron por primera vez el sistema NMESIS a la isla de Basco, en el remoto archipiélago filipino de Batanes, a menos de 200 kilómetros de Taiwán.
El NMESIS (Navy Marine Expeditionary Ship Interdiction System) es una de las armas más difíciles de detectar: liviana, móvil, montada sobre Humvees robotizados y capaz de esconderse en las colinas verdes de las islas Batanes. Así, la Casa Blanca continúa ampliando sus esfuerzos para disuadir a China, que sin dudas también provoca la reacción desde Pekín.
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