El secretario de Defensa de Estados Unidos, Pete Hegseth, anunció una profunda reforma en la política de adquisición y uso de drones militares, con el objetivo de que las fuerzas armadas logren una “dominación total del dominio UAS” para el año 2027. Tal como expuso el medio Defense News, estas modificaciones se apoyan en las lecciones aprendidas del conflicto en Ucrania, donde los drones han demostrado ser una herramienta decisiva en el campo de batalla moderno.
Una nueva política centrada en volumen, velocidad y entrenamiento
El anuncio fue realizado a través de un video publicado por Hegseth en redes sociales, en el que se lo ve firmando el memorando mientras un dron le entrega el documento al ritmo de Metallica. En el texto se establecen tres líneas principales de acción: robustecer la base industrial nacional de drones, entregar miles de sistemas de bajo costo a las tropas y acelerar su integración en los programas de entrenamiento.
El plan contempla que ya en 2026 se entreguen los primeros sistemas al Comando Indo-Pacífico y que todos los entrenamientos de combate incluyan “guerras de drones”. Además, se autoriza a las unidades de combate a comprar, probar y operar drones de manera descentralizada, siempre que cumplan con los requisitos legales.
Fin del estancamiento normativo y apertura a la innovación
El nuevo marco también anula las normativas vigentes desde 2021 que limitaban la compra de drones con componentes chinos. En su lugar, se fomenta la innovación local, incluyendo el uso de impresión 3D para piezas y repuestos. La Defense Innovation Unit, junto con la Agencia de Contratos de Defensa, tendrá ahora la misión de ampliar la llamada “Blue List”, un inventario de drones compatibles y aprobados para el uso militar estadounidense.
Transformación estructural en las fuerzas armadas
Hegseth ordenó a las ramas principales del Pentágono (Fuerza Aérea, Ejército, Armada y Marines) que creen nuevas unidades activas dedicadas exclusivamente al uso y expansión de drones pequeños. Estas formaciones deberán estar operativas en septiembre de este año y contarán con oficinas de adquisiciones independientes, cuyo único objetivo será acelerar la compra y despliegue de estos sistemas.
También se deberá revisar qué programas existentes podrían ser reemplazados por UAS, lo que implica una transformación profunda en doctrina, logística y diseño de fuerza.

Financiamiento y presión a la industria nacional
El memorando también solicita a la Oficina de Capital Estratégico diseñar mecanismos de financiación directa como préstamos anticipados o compromisos de compra para reactivar la cadena industrial de drones en Estados Unidos, hoy limitada frente al avance masivo de sistemas chinos y rusos.
Según Hegseth, esta es una carrera que no admite demoras. “Nuestros adversarios tienen ventaja en la producción masiva de drones pequeños. Nosotros vamos a dar un salto tecnológico y dominar ese dominio antes de que termine 2027”, escribió. Y concluyó que esta transformación exigirá asumir riesgos y adoptar una verdadera “cultura de guerra” dentro del Departamento de Defensa.
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