La ratificación del acuerdo de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercosur volvió a quedar en pausa tras una decisión de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de postergar su presentación a los Estados miembros debido a la pendiente negociación arancelaria con Estados Unidos.

Según confirmaron dos fuentes cercanas al proceso, el texto fue revisado por el servicio jurídico de la Comisión y traducido a las 24 lenguas oficiales de la UE, por lo que ya está técnicamente listo para iniciar el procedimiento de aprobación.
Sin embargo, la presidenta Von der Leyen decidió retrasar ese paso. “Quizá no quería complicar las conversaciones con Estados Unidos, o prefería esperar a las discusiones con Macron”, señaló una de las fuentes consultadas, indicando que el envío podría concretarse en las próximas semanas.
Resistencia interna europea y presiones agrícolas
El tratado de libre comercio enfrenta una oposición significativa dentro de la Unión Europea, especialmente por parte de Francia, que lidera una coalición crítica junto con Polonia, Austria y Países Bajos. Italia, por su parte, mantiene una postura ambigua. Las principales objeciones provienen de sectores agrícolas que temen una competencia desleal por parte de productos latinoamericanos, con menores exigencias regulatorias y sanitarias.
En la última cumbre europea del 27 de junio, el presidente Emmanuel Macron sostuvo que no busca reabrir el acuerdo, sino complementarlo con mecanismos de salvaguarda que permitan proteger mercados sensibles en caso de distorsiones comerciales.

Bruselas, sin embargo, ha reiterado que no prevé reabrir el texto del tratado. Las salvaguardias previstas ya contemplan cuotas y restricciones a las importaciones de productos agrícolas desde el Mercosur, lo cual se presentó como una concesión clave para apaciguar a los sectores más vulnerables dentro del bloque europeo.
Escenario político condicionado por las negociaciones con Estados Unidos
El aplazamiento también coincide con un contexto geopolítico más amplio. Von der Leyen busca mantener abiertas las conversaciones con la administración de Donald Trump, quien retomó una agenda comercial proteccionista y se muestra reticente a los tratados multilaterales. La Comisión intenta evitar que una ratificación del acuerdo con el Mercosur sea interpretada como un desafío a Washington o como un incentivo a la consolidación del bloque BRICS+, en el que participa Brasil.
En paralelo, la reciente aprobación de un acuerdo comercial entre la UE y Ucrania podría alterar las posiciones internas en el Consejo. Polonia, uno de los críticos del acuerdo con el Mercosur, podría reconsiderar su voto si se habilitan medidas compensatorias ante el impacto de las importaciones agrícolas ucranianas.

El futuro del acuerdo UE-Mercosur se mantiene en suspenso, condicionado tanto por la política interna de la Unión como por la dinámica global de tensiones comerciales y estratégicas. Aunque el texto está técnicamente listo, su ratificación dependerá de equilibrios políticos aún inestables.
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