El comandante del Ejército de Estados Unidos en el Pacífico, general Ronald Clark, sostuvo que las probabilidades de que China logre una invasión exitosa sobre Taiwán son “muy escasas”. La afirmación fue realizada durante su participación en el Strategic Landpower Dialogue organizado por el Center for Strategic and International Studies (CSIS), en Washington D.C., el pasado 25 de junio.
Desde la perspectiva de Clark, el escenario de una ofensiva anfibia china representa uno de los desafíos militares más complejos de la actualidad: “Estamos hablando de un adversario que debe cruzar un canal marítimo de 80 millas náuticas, bajo observación permanente de múltiples actores internacionales coordinados para disuadir ese tipo de maniobra”, advirtió.
Un cruce complejo y bajo vigilancia constante
El general explicó que los programas de entrenamiento y planeamiento del Ejército estadounidense en la región están diseñados para afrontar los escenarios más exigentes, y que un cruce anfibio a gran escala —el denominado “wet-gap crossing”— requiere de una combinación de capacidades logísticas, de inteligencia, movilidad y fuego coordinado extremadamente difíciles de ejecutar sin detección previa.

A pesar del notable desarrollo militar de la República Popular China, Clark remarcó que las fuerzas armadas estadounidenses se enfocan en entender el funcionamiento de las unidades terrestres del Ejército Popular de Liberación (EPL), identificando sus vacíos doctrinarios, operacionales y logísticos: “Estamos viendo que comienzan a operar en entornos conjuntos, pero aún sin una verdadera integración entre dominios terrestre, marítimo y aéreo”, indicó.
Un entorno cada vez más agresivo
China considera a Taiwán una provincia rebelde que debe ser reincorporada a su soberanía, incluso por la fuerza si fuera necesario. Las maniobras militares crecientes de Beijing alrededor de la isla son calificadas por altos mandos estadounidenses como ensayos para una futura invasión. El jefe del Comando Indo-Pacífico, almirante Samuel Paparo, ha señalado repetidamente que estos ejercicios son “rehearsals” del eventual ataque.
En ese contexto, la postura estadounidense se basa en el fortalecimiento de capacidades disuasorias. Para Clark, el papel del Ejército es clave para sostener a la fuerza conjunta en caso de conflicto: “Nuestra presencia regional y la posibilidad de brindar una alternativa en materia de seguridad a nuestros aliados es fundamental ante el comportamiento cada vez más beligerante y coercitivo de China”.
Infraestructura logística para sostener la ventaja
Como parte de esa estrategia de disuasión, Estados Unidos está desplegando una red emergente de centros de distribución logística en el teatro Indo-Pacífico. Estas instalaciones, aún en desarrollo, estarán a cargo del 8º Comando de Sostenimiento de Teatro —basado en Hawái— y funcionarán como nodos modulares para el acopio y redistribución de suministros sin depender del transporte estratégico aéreo.
Los centros se están estableciendo en ubicaciones clave como Japón, Guam, Australia, Filipinas y Singapur. “Esto nos permitirá mantener una ventaja posicional, estar presentes antes de que el conflicto estalle y responder con rapidez”, explicó Clark.
Un desafío que excede a Taiwán
Finalmente, el general advirtió que el foco de observación y preparación de EE.UU. no se limita a la cuestión taiwanesa, sino que se extiende al comportamiento regional de China: “Vemos agresiones crecientes hacia nuestros aliados, presiones económicas y demostraciones de fuerza que nos obligan a estar listos no solo para responder, sino para prevenir”.
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