En un intento por fortalecer su postura frente a la creciente presión de China en aguas disputadas, Filipinas anunció que está avanzando hacia un nuevo esquema de defensa regional que unifica las operaciones en el mar de China Meridional y Oriental bajo un mismo “teatro operativo”. Esta estrategia, que ya está siendo adoptada por Japón y coordinada con aliados como Estados Unidos y Australia, busca optimizar las capacidades militares regionales frente a amenazas similares en ambas zonas marítimas.
Durante una conferencia de prensa en Manila, el secretario de Defensa filipino, Gilberto Teodoro, sostuvo que “resulta razonable” considerar ambos mares como un único espacio de operaciones militares, dado que se trata de ámbitos marítimos sin fronteras terrestres. Sin embargo, aclaró que la península de Corea quedaría excluida del concepto.

El objetivo de esta iniciativa es potenciar la “sinergia operativa”, una integración que abarca desde la conciencia situacional hasta el intercambio de inteligencia y la coordinación táctica en tiempo real. Teodoro explicó que esta articulación permitirá reforzar de forma simultánea las capacidades de los países involucrados y disuadir conductas hostiles mediante una presencia regional más cohesionada.
Una arquitectura de defensa compartida
La noción del “teatro único” fue originalmente propuesta por Japón, que ha avanzado con la implementación de esta doctrina a través de su Mando de Operaciones Conjuntas. En diciembre de este año, se espera que se inaugure un centro de coordinación regional con los ministros de Defensa de Japón, Australia, Filipinas y Estados Unidos —grupo informalmente denominado “Squad”— para consolidar esta estrategia conjunta.
Teodoro afirmó que la coordinación ya está en marcha y no requiere acuerdos adicionales: “Ya es un concepto operativo vigente”. Esta alineación refuerza la tendencia del gobierno de Ferdinand Marcos Jr. a diversificar sus alianzas en materia de seguridad más allá de su histórico vínculo con Estados Unidos. Filipinas ha firmado acuerdos de defensa con Japón y Nueva Zelanda, y actualmente negocia instrumentos similares con Canadá y Francia.
En paralelo, Filipinas también ha fortalecido la cooperación bilateral en ciberseguridad, defensa marítima y producción de armamento. Esta semana, firmó un memorando de entendimiento con Lituania para profundizar la cooperación militar, lo que demuestra el interés creciente de socios no tradicionales en los desafíos del Indo-Pacífico.
Disputas persistentes y diplomacia militarizada
La intensificación de las tensiones con China ha sido una constante para Filipinas en los últimos años. En el mar de China Meridional, Manila y Pekín han protagonizado múltiples incidentes en torno a bajíos y atolones ubicados dentro de la zona económica exclusiva filipina. Estas fricciones han incluido desde maniobras intimidatorias hasta agresiones directas como embestidas y el uso de cañones de agua contra embarcaciones filipinas.

En este contexto, las Fuerzas Armadas filipinas han multiplicado las operaciones conjuntas con Estados Unidos. El lunes se llevó a cabo la séptima serie de ejercicios navales del año, esta vez frente a las costas de Mindoro Occidental y Zambales, en un gesto de reafirmación del compromiso bilateral. Según las autoridades militares, estas actividades representan “una demostración de la voluntad compartida de profundizar la cooperación y mejorar la interoperabilidad conforme al derecho internacional”.
También la Unión Europea ha buscado acercarse estratégicamente a Filipinas. El 2 de junio, la jefa de política exterior del bloque, Kaja Kallas, visitó Manila y anunció el lanzamiento de un diálogo formal de seguridad y defensa, centrado en amenazas emergentes como las disputas marítimas. El comunicado conjunto condenó las acciones “ilegales, coercitivas, agresivas y engañosas” de China contra buques y aeronaves filipinas, reafirmando el compromiso con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (UNCLOS) y el fallo arbitral de 2016, que desestima la legitimidad de los reclamos chinos en casi todo el mar de China Meridional.
China redobla su retórica
Ante estas acciones diplomáticas y militares, la embajada china en Manila acusó a la Unión Europea de “provocar problemas” y de entrometerse en una disputa bilateral. En un comunicado citado por Reuters, un vocero chino instó a la UE a “respetar la soberanía y los derechos marítimos de China” y advirtió a Filipinas que no albergue “ilusiones” sobre una resolución externa del conflicto.
Beijing, que rechaza categóricamente el fallo de 2016 y lo considera “nulo e inválido”, sostiene que la intervención de potencias extranjeras solo exacerba las tensiones. No obstante, la creciente articulación entre Filipinas, sus aliados regionales y actores extrarregionales como la UE sugiere una nueva arquitectura de seguridad en formación, impulsada por una narrativa común: contener la expansión marítima de China y garantizar el respeto al derecho internacional en el Indo-Pacífico.
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