Funcionarios del Departamento de Defensa de EE.UU. alertaron sobre las crecientes capacidades de la Fuerza de Cohetes de China, cuyo desarrollo acelerado plantea nuevos riesgos sobre la arquitectura de seguridad en Asia-Pacífico. Desde Washington observan que la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación (PLARF) es responsable del arsenal nuclear y de misiles de China, y se torna un componente clave de los esfuerzos de Pekín por superar a Washington como primera potencia militar de la región.

Altos funcionarios del Pentágono advirtieron ante el Senado que China ha ampliado de manera sustancial su capacidad misilística, especialmente a través de su Fuerza de Cohetes. Para EE.UU., Pekín representa una amenaza directa a las bases estadounidenses y a sus aliados en la región del Indo-Pacífico.
Un arsenal diversificado y en expansión
Desde misiles de corto alcance capaces de cruzar el estrecho de Taiwán hasta vectores hipersónicos con potencial nuclear, Pekín estaría consolidando su capacidad de disuasión ofensiva. De acuerdo con el informe presentado, el arsenal de la PLARF incluye 1.300 misiles balísticos de alcance intermedio, capaces de alcanzar Guam y la Segunda Cadena Insular. Además, se suman unos 900 misiles de corto alcance, con capacidad para atacar Taiwán en pocos minutos.

En paralelo, se estima la existencia de unos 400 misiles de crucero lanzados desde tierra, enfocados en la llamada Primera Cadena Insular (desde Japón hasta Indonesia), junto a otros 400 misiles balísticos intercontinentales, varios con capacidad de portar ojivas nucleares. El informe también destaca el creciente stock de misiles hipersónicos, entre ellos el Dong Feng-17.
Estos sistemas, según el Pentágono, ya superan en algunos aspectos a los de EE.UU., particularmente en su cobertura regional y en la integración de tecnologías de difícil intercepción. Además, denota los avances tecnológicos de China como una gran preocupación para el Pentágono.
“Kill webs”: la otra dimensión de la amenaza
No se trata solo de proyectiles. El Pentágono ha denunciado que China desarrolló una red satelital y de sensores conocida como “kill web”, que permite ubicar, rastrear y atacar objetivos en múltiples dominios (tierra, mar, aire y espacio). Con notable precisión y autonomía, Washington cree que deben mitigarse los efectos de esa constelación.
Según el jefe de operaciones espaciales de las Fuerzas Espaciales de EE.UU., General Chance Saltzman, su mayor preocupación es que “la red asesina, como la llamamos, que la RPC [República Popular China] ha puesto en marcha les permite rastrear y apuntar a gran distancia al resto de la fuerza conjunta en todos los demás dominios”.

Esta capacidad, junto con la rápida ampliación del stock nuclear, reduce las ventajas cuantitativas estadounidenses. “La RPC está modernizando rápidamente su ejército, incluyendo una irrupción nuclear que incluya una capacidad de disuasión inigualable”, confirmó el General David Allvin, Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Aéreas de EE.UU:
Cabe preguntarse si esta “evolución” abre o no una nueva etapa de tensiones y desequilibrios internacionales, o si el Pentágono deberá aumentar aún más su presupuesto de defensa para el próximo año. Para EE.UU., China está modernizándose “con la clara intención de remodelar el orden internacional”.
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