El presidente Vladimir Putin anunció que Rusia planea reducir su presupuesto militar en 2025, tras alcanzar niveles récord de gasto en defensa durante el año actual. En un contexto marcado por la guerra en Ucrania y crecientes tensiones con Occidente, el mandatario ruso aseguró que el ajuste no comprometerá las capacidades estratégicas del país. La decisión se produce luego de que Moscú incrementara significativamente su inversión en el sector militar en 2024, destinando cerca del 6,3% del PBI a defensa.
Moscú proyecta recortes en defensa para 2025 pese a su involucramiento bélico
El presidente Vladímir Putin afirmó el 27 de junio que Rusia recortará su presupuesto militar en 2025, luego de un año en el que el gasto en defensa alcanzó el punto más alto desde la disolución de la URSS. Durante un evento con representantes del Ministerio de Defensa, el mandatario destacó que el país ha “garantizado el cumplimiento de todos los objetivos estratégicos”, lo que permite ahora planificar un ajuste presupuestario sin comprometer la seguridad nacional. A pesar del recorte, Putin remarcó que las prioridades en tecnología militar, defensa aérea y fuerzas nucleares estratégicas se mantendrán intactas.

El anuncio tiene lugar en medio de la continuidad de la guerra en Ucrania y en un contexto internacional marcado por sanciones económicas, presiones fiscales internas y un esfuerzo sostenido por modernizar el aparato militar ruso. Aunque el Kremlin no dio cifras exactas del ajuste previsto, fuentes cercanas al Ministerio de Finanzas señalaron que la reducción será significativa en comparación con el presupuesto extraordinario aprobado tras la invasión de Ucrania en 2022.
El ajuste militar refleja tensiones fiscales dentro de Rusia
El posible recorte al presupuesto militar también se interpreta como una respuesta a las crecientes limitaciones financieras que enfrenta Rusia tras años de conflicto armado, sanciones occidentales y caída de ingresos energéticos. Si bien el Kremlin ha priorizado el gasto militar desde 2022, las presiones sobre otros sectores clave como infraestructura, salud y subsidios sociales, obligan al gobierno a replantear sus prioridades fiscales para el próximo ciclo presupuestario.

En este sentido, Putin buscaría enviar un mensaje político tanto a nivel interno como externo. Por un lado, se intenta calmar preocupaciones dentro de la élite empresarial rusa respecto al desequilibrio macroeconómico. Por otro, el Kremlin busca proyectar una imagen de control, planificación y fortaleza estratégica ante la comunidad internacional. Sin embargo, expertos en defensa advierten que, más allá del ajuste declarado, Rusia podría seguir financiando operaciones militares mediante partidas no transparentes o gasto clasificado.
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