Según confirmaciones recientes desde Ucrania, Rusia habría desplegado más de 100.000 soldados en dirección hacia Pokrovsk, impulsando su ofensiva hacia los óblast de Donetsk y Dnipropetrovsk. En palabras del Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Oleksandr Syrskyi, “cada día se producen aquí no menos de 50 enfrentamientos de combate. Fue en esta dirección donde los rusos crearon su mayor agrupación: unos 111.000 efectivos“.

El 25 de junio, el Mando de Operaciones Especiales de Jortytsia informó de que las fuerzas rusas están intensificando su ofensiva en la dirección de Pokrovsk. Ucrania confirmó que la situación está bajo control pese a los intensos combates para “contener al enemigo”
Rusia busca “demostrar” capacidades, según Ucrania
Para Syrskyi, el territorio en dirección a Pokrovsk sigue siendo la zona más intensa de los 1.200 kilómetros de la línea del frente de la guerra ruso-ucraniana. El militar considera que Rusia busca “abrirse paso” hasta la frontera administrativa entre Donetsk y Dnipropetrovsk para “demostrar” su valía y “poner el pie de un soldado ruso” en el terreno.

Desde Ucrania afirman que Rusia está intentando “pregonar otra pseudo-victoria”, puntualmente por la actividad registrada de soldados en las zonas mencionadas desde hace dos semanas. “Quieren hacerlo no sólo para lograr resultados operativos, sino sobre todo con fines de demostración“, explicó Syrskyi.
Pese a los comentarios, el sitio DeepState informó que las fuerzas rusas han ocupado el pueblo de Novomykhailivka, así como Andriivka y Kostiantinopol en la región de Donetsk.
Crecen las presiones sobre Putin
La situación en el campo de batalla ocurre simultáneamente al frente más “teórico” del conflicto: a más de tres años del inicio de la invasión a gran escala de Ucrania, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, continúa rehusándose a declarar oficialmente la guerra. El Kremlin mantiene el eufemismo de “operación militar especial”, una narrativa que para muchos ya ha sido desgastada.

Por ahora, Putin parece inclinado a mantener la ambigüedad con Ucrania. Tal como afirma la experta Karolina Hird, del Instituto para el Estudio de la Guerra: “Rusia ya está librando una guerra abierta, y no hay mucho más que pueda hacer sin poner en juego su estabilidad política”. Sin embargo, según el medio Kyiv Independent, los sectores de línea dura estarían presionando a Putin para escalar el conflicto con una declaración oficial que permita represalias a gran escala y mayor control del aparato estatal.
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