El Kremlin anunció el miércoles que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, no estará presente físicamente en la cumbre de los BRICS que se celebrará los días 6 y 7 de julio en Río de Janeiro. La razón apunta a una orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) en marzo de 2023, que lo acusa de deportar ilegalmente a cientos de niños ucranianos al territorio ruso.

En este sentido, dichas acusaciones constituyen un dilema diplomático para Rusia. Aunque Kiev y la CPI sostienen que durante la invasión rusa a Ucrania en 2022 se trasladaron menores contra su voluntad, Moscú rechaza las acusaciones y no reconoce la autoridad de la Corte, calificando la orden como “nula y sin valor”.
Brasil, firmado del Estatuto de Roma, está legalmente obligado a detener a cualquier persona contra la que exista una orden de arresto de la CPI. Según el asesor de política exterior del Kremlin, Yuri Ushakov, “el gobierno brasileño no pudo adoptar una postura clara” que permitiera la presencia de Putin sin enfrentar consecuencias legales.

En consecuencia, el mandatario participará a distancia por videoconferencia, mientras que el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, viajará a Brasil en persona.“Esto se debe a ciertas dificultades, en el contexto del requerimiento de la CPI. En ese contexto, el gobierno brasileño no pudo adoptar una postura clara que permitiera a nuestro presidente participar en esta reunión”, declaró Ushakov, citado desde Reuters.
Lo cierto es que la ausencia presencial del líder ruso no es una novedad, ya que en 2023 también evitó asistir a la cumbre en Sudáfrica por el mismo motivo. Aunque en contraste, Putin rompió con esa tendencia en septiembre de 2024 al visitar Mongolia, aunque la CPI y la Unión Europea criticaron que Ulan Bator no lo detuviera.
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