En medio de una aparente alianza estratégica, un informe reciente reveló que hackers vinculados al gobierno chino habrían llevado a cabo una serie de ciberataques contra Rusia desde mayo de 2022. El objetivo apuntaría a obtener información clasificada sobre tecnología militar, incluyendo detalles sobre submarinos nucleares, comunicaciones satelitales y sistemas de guerra electrónica. A pesar de las declaraciones públicas de amistad entre Moscú y Pekín, las acciones encubiertas señalan una potencial guerra cibernética entre ambas potencias.
La ofensiva digital de China contra su aliado más cercano
Uno de los casos más significativos involucra a un grupo de ciberespionaje chino conocido como Sanyo, que suplantó la identidad de una reconocida empresa de ingeniería rusa para infiltrarse en sistemas sensibles y obtener datos sobre submarinos nucleares. Otro blanco importante fue Rostec, el conglomerado estatal ruso clave en el desarrollo de tecnología militar avanzada, donde los atacantes buscaron información sobre sistemas de radar, comunicaciones satelitales y capacidades de guerra electrónica.

A pesar del pacto de no agresión cibernética firmado por ambos gobiernos, los ataques se habrían mantenido de forma sostenida durante más de dos años, según revelaron analistas de ciberseguridad. Investigadores señalan que China estaría interesada en conocer de primera mano las tácticas militares de Rusia en Ucrania, especialmente el uso de drones y armas electrónicas, con el objetivo de reforzar su propia preparación para futuros conflictos. Esta operación de espionaje digital no solo revela tensiones ocultas en la relación bilateral, sino que también expone una lucha silenciosa por el dominio tecnológico en el marco de una nueva guerra cibernética global.
Industria militar rusa, nuevo blanco del ciberespionaje chino
Pese a la alianza entre Moscú y Pekín, grupos de hackers patrocinados por el Estado chino, como Mustang Panda y Tonto Team, también habrían dirigido sofisticadas campañas de ciberespionaje contra firmas aeroespaciales y de defensa rusas. Según la empresa taiwanesa TeamT5, los ataques buscan acceder a información crítica sobre capacidades militares avanzadas, especialmente en torno a los mencionados submarinos nucleares. En uno de los casos más relevantes, Tonto Team suplantó digitalmente a la empresa Rubin Design Bureau, responsable de fabricar más del 85% de los submarinos de la flota soviética y rusa.

Las filtraciones no han provocado una reacción oficial por parte del Kremlin, a pesar de que compañías como Rostelecom ya han identificado a grupos chinos como APT10, APT15 y APT41 como amenazas activas. Los expertos sugieren que, aunque Moscú es consciente del espionaje, prefiere tratarlo como un problema técnico antes que como un conflicto diplomático, en contraste con sus respuestas más estridentes cuando se trata de ataques provenientes de EE.UU. o Ucrania.
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