En un contexto marcado por el aumento del gasto militar y la intensificación de los conflictos armados, el SIPRI Yearbook 2025 ofrece un diagnóstico preocupante: las armas se modernizan, las guerras se expanden y las tensiones nucleares alcanzan niveles que no se veían desde la Guerra Fría. Según este reconocido instituto internacional, el escenario global actual está signado por una creciente inestabilidad, con grandes potencias que cuestionan el orden establecido y actores regionales que reconfiguran alianzas en un mundo cada vez más volátil.
El gasto militar alcanza cifras históricas y empuja una nueva carrera armamentista
El SIPRI Yearbook 2025 confirma una tendencia alarmante: por décimo año consecutivo, el gasto militar global aumentó, superando los 2,7 billones de dólares. Esta cifra, la más alta jamás registrada por el instituto, refleja el impacto de conflictos como los de Ucrania, Gaza y Sudán, así como el resurgimiento de tensiones geopolíticas entre grandes potencias. Europa lidera el crecimiento con un incremento del 17% en su presupuesto de defensa, y países como Alemania, Polonia y Suecia aumentaron su gasto en más de un 30% en apenas un año.

Pero no es solo una cuestión europea. China duplicó su inversión en defensa desde 2015, y en Asia-Pacífico el gasto militar sube por 35° año consecutivo. EE.UU., con casi 1 billón de dólares, representa el 37% del total mundial. El informe advierte que este auge del rearme no se limita a la defensa: es una señal clara de que los estados están preparándose para escenarios de confrontación prolongada, y que los mecanismos de disuasión y diplomacia están perdiendo protagonismo.
El fin de la reducción nuclear y el inicio de una nueva era de disuasión
Uno de los hallazgos más inquietantes del informe es el estancamiento, y posible retroceso, del proceso de desarme nuclear. Aunque el número total de ojivas nucleares se ha reducido levemente, el ritmo de desmantelamiento está mostrando signos de desaceleración y todos los estados con armas nucleares están modernizando sus arsenales. En 2024, Pekín incrementó su inventario a unas 600 ojivas, mientras Washington y Moscú (que aún concentran el 90% del arsenal global) continúan con programas de actualización tecnológica, tanto en misiles como en plataformas de lanzamiento.

Además del aumento cualitativo, preocupa el giro doctrinal. Rusia amplió oficialmente los supuestos bajo los cuales podría utilizar armas nucleares, e Irán reactivó el debate interno sobre el desarrollo de capacidades atómicas en el contexto de su conflicto con Israel. El SIPRI Yearbook 2025 también destaca el debilitamiento de los acuerdos multilaterales de control y no proliferación, como el Tratado de No Proliferación Nuclear, lo que plantea un panorama de creciente desconfianza estratégica y riesgo de errores de cálculo.
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