El gobierno británico anunció un nuevo y contundente paquete de sanciones económicas dirigido a los pilares estratégicos de la economía rusa, en respuesta a lo que calificó como la “persistente agresión” del presidente Vladímir Putin. La medida busca profundizar el aislamiento de Moscú mediante la presión económica sobre su aparato militar, financiero y energético.
Según el comunicado oficial emitido por Downing Street este martes, se impusieron sanciones a 30 nuevos objetivos vinculados al Kremlin, en un intento por “estrangular las fuentes de financiamiento que sostienen la maquinaria de guerra rusa”. Entre las entidades señaladas se encuentran empresas navieras, operadores financieros, redes de exportación de componentes electrónicos con posible uso militar y una agencia militar especializada en operaciones subacuáticas.
Golpe directo a la “flota fantasma”
Uno de los aspectos más destacados del nuevo paquete de medidas es la inclusión de 20 buques petroleros vinculados a la llamada “flota fantasma” del Kremlin. Este conjunto de embarcaciones ha sido acusado de operar al margen de las sanciones occidentales, transportando crudo ruso hacia mercados alternativos mediante rutas opacas y estructuras societarias complejas.

Dos firmas vinculadas a la gestión de estos buques —Orion Star Group LLC y Valegro LLC-FZ— fueron específicamente sancionadas por su rol en la dotación de tripulaciones y logística de transporte, lo que representa un nuevo esfuerzo por cortar las vías de evasión empleadas por Rusia para sostener sus exportaciones energéticas.
Sanciones al aparato militar y tecnológico
El Reino Unido también apuntó directamente al corazón del desarrollo militar ruso con la inclusión del GUGI, el organismo responsable de operaciones de inteligencia subacuática. Esta agencia, subordinada a la Armada rusa, ha sido vinculada a amenazas potenciales contra la infraestructura submarina crítica, incluyendo cables de comunicación y gasoductos que abastecen a Europa.
Además, se sumaron sanciones contra dos ciudadanos residentes en el Reino Unido, por operar una red de empresas pantalla que canalizó más de 120 millones de dólares en componentes electrónicos hacia Rusia. Muchos de estos productos están incluidos en el listado de Bienes de Alta Prioridad Común (CHPL, por sus siglas en inglés), por lo que existe un riesgo de que sean utilizados con fines militares.

Estrategia de máxima presión
El primer ministro británico Keir Starmer respaldó las medidas asegurando que “las sanciones están teniendo impacto” y prometió que el Reino Unido continuará con esta estrategia de presión hasta que Moscú “modifique su curso de acción”.
“Mientras Putin siga demostrando un desprecio total por la paz, no dudaremos en seguir ajustando las tuercas”, afirmó el mandatario.
Te puede interesar: Corea del Norte refuerza su apoyo a Rusia con el envío de 6.000 soldados a Kursk en plena intensificación de los ataques contra Ucrania











