El portaaviones nuclear USS Nimitz abandonó el mar de China Meridional este lunes 16 de junio por la mañana, según información del sitio de monitoreo marítimo Marine Traffic. Su plan inicial incluía una visita protocolar al puerto de Da Nang, en Vietnam, programada para el 20 de junio, pero la recepción fue cancelada de manera abrupta debido a lo que fuentes diplomáticas describieron como una “exigencia operacional emergente”.
Este inesperado cambio de planes coincide con el cuarto día consecutivo de hostilidades directas entre Israel e Irán. El conflicto comenzó tras una ofensiva preventiva israelí sobre infraestructura militar y nuclear iraní, a la que Teherán respondió con una oleada de misiles y drones contra objetivos israelíes.

Según confirmó la propia Armada de Estados Unidos a través del Comando del Pacífico, el USS Nimitz y su grupo de ataque acababan de completar una serie de operaciones de seguridad marítima en el Indo-Pacífico como parte de su presencia naval rutinaria en la región. Sin embargo, tras la cancelación del evento en Vietnam, el portaaviones fue redirigido hacia el oeste, en dirección al golfo Pérsico.

A este despliegue se suma otro indicio de preparación operacional: más de 30 aviones cisterna KC-135 y KC-46 despegaron desde bases en Estados Unidos rumbo a Europa el mismo lunes. Aunque voceros del Departamento de Defensa alegaron que su destino es participar en ejercicios programados de la OTAN, el momento y el volumen del despliegue generan interrogantes en plena escalada en Medio Oriente. Estas aeronaves son esenciales para reabastecer cazas en operaciones a larga distancia, como las que realiza Israel contra objetivos iraníes.
Mientras tanto, desde Teherán acusan directamente a Washington de complicidad. El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Esmaeil Baqaei, denunció en conferencia de prensa que las fuerzas israelíes utilizaron armamento estadounidense y calificó la postura de EE.UU. como una “corresponsabilidad práctica” en la agresión. Según Baqaei, el rol de Washington “ha vaciado de sentido las negociaciones bilaterales” con Teherán.
Por su parte, el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, aseguró: “No estamos involucrados en los ataques contra Irán. Nuestra prioridad es proteger a las fuerzas estadounidenses desplegadas en la región”.

Aunque la Casa Blanca insiste en que el respaldo a Israel está limitado a medidas defensivas, la realidad operativa muestra un incremento tangible en el despliegue militar. El movimiento del Nimitz, uno de los buques insignia de la Armada de Estados Unidos, se da en un contexto donde la disuasión es tan estratégica como simbólica. El redespliegue, además, ocurre en simultáneo con la cumbre del G7, donde las potencias occidentales debaten salidas diplomáticas para evitar una conflagración mayor.
El presidente Donald Trump, que ya ha reafirmado el derecho de Israel a la autodefensa, advirtió que cualquier ataque iraní contra intereses estadounidenses tendrá “consecuencias severas”, elevando aún más la tensión internacional.
El rumbo del USS Nimitz hacia Medio Oriente marca un nuevo capítulo en la política de contención estadounidense y un fuerte mensaje de respaldo regional frente al deterioro del orden de seguridad en el eje Levante-Golfo Pérsico.
Te puede interesar: En medio de los ataques entre Israel e Irán, Estados Unidos refuerza su despliegue militar en Medio Oriente y reposiciona destructores














