Israel confirmó este miércoles por la noche el inicio de una ofensiva preventiva de gran escala contra objetivos militares e infraestructuras estratégicas en Irán, incluyendo instalaciones vinculadas a su programa nuclear y centros de desarrollo de misiles balísticos. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) declararon el estado de emergencia a nivel nacional y cerraron completamente el espacio aéreo israelí al tráfico civil. En respuesta inmediata, Irán también clausuró su espacio aéreo y desvió múltiples vuelos comerciales.

La operación fue descrita por el Estado Mayor israelí como una ofensiva “combinada, precisa y basada en inteligencia de alta calidad”, dirigida a neutralizar lo que Tel Aviv considera una amenaza existencial: el avance de Irán hacia la obtención de armas de destrucción masiva. Según el comunicado oficial, decenas de aeronaves de combate de la Fuerza Aérea israelí ejecutaron la primera fase de ataques simultáneos sobre “docenas de blancos militares”, entre ellos sitios nucleares en distintas regiones iraníes.
Entre las zonas alcanzadas por explosiones en la provincia de Teherán se encuentran el aeropuerto internacional Imán Jomeini, la base militar de Lavizán, el complejo de investigación de Parchin, Pasdarán y Nobaniad, todos considerados activos clave en la infraestructura de defensa iraní.
Un conflicto de alto voltaje con impacto global
Israel justificó la acción en base a lo que denominó la “persistente agresión del régimen iraní” y su papel como “eje coordinador del terrorismo en Medio Oriente”, haciendo especial énfasis en el apoyo iraní a Hamas durante la guerra de Sables de Hierro y en los ataques directos que Teherán habría perpetrado durante los últimos meses con misiles lanzados desde territorio iraní.
“La República Islámica está más cerca que nunca de obtener armamento nuclear, y su liderazgo ha reiterado públicamente su intención de destruir al Estado de Israel”, señaló el comunicado castrense. “No permitiremos que un régimen que promueve abiertamente nuestra aniquilación acceda a armas de destrucción masiva.”
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, sumó a la gravedad del anuncio una declaración explosiva: “Israel ha atacado a los principales científicos nucleares de Irán involucrados en el desarrollo de la bomba, y ha golpeado el corazón de su programa de misiles balísticos.”
La reacción de Washington
Desde Estados Unidos, el secretario de Estado, Marco Rubio, emitió una declaración aclarando que Washington no participó en los ataques, aunque reconoció que fue informado previamente por el gobierno israelí. “La prioridad del presidente Trump es la protección del personal militar estadounidense desplegado en la región. Irán no debe interpretar esta operación como una excusa para atacar los intereses norteamericanos”, afirmó Rubio, subrayando el compromiso de la administración con sus aliados, pero manteniendo distancia del accionar israelí.
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