Rusia ha intensificado sus ataques contra Ucrania, con un asalto masivo de drones sobre la ciudad portuaria de Odesa, al tiempo que la inteligencia estadounidense desmiente las afirmaciones del presidente Donald Trump sobre un supuesto cerco a las fuerzas ucranianas en la región rusa de Kursk. Según fuentes de inteligencia de Estados Unidos y Europa, las tropas ucranianas han perdido posiciones en la zona, pero no están rodeadas por las fuerzas rusas, contradiciendo las declaraciones de Trump y del presidente ruso, Vladímir Putin.
En la noche del jueves, Rusia llevó a cabo uno de los mayores ataques con drones contra Odesa, en el Mar Negro, causando incendios y dejando al menos tres adolescentes heridos, según informaron las autoridades ucranianas. El ataque coincidió con la visita del presidente checo, Petr Pavel, quien se encontraba en la ciudad para mantener conversaciones con funcionarios regionales.

El gobernador de la región de Odesa, Oleh Kiper, señaló que el ataque se produjo mientras mantenían una reunión con el mandatario checo. Los drones, que llegaron en oleadas, impactaron infraestructura crítica, viviendas y establecimientos comerciales, provocando múltiples incendios, según el Ministerio del Interior ucraniano. Un taller mecánico sufrió graves daños con al menos 25 vehículos incendiados.
La situación en Kursk
En paralelo, la región de Kursk, en el oeste de Rusia, se ha convertido en un nuevo punto de tensión. Moscú acusó a Ucrania de volar una estación de bombeo de gas en un acto de terrorismo, mientras que Kiev responsabilizó a las fuerzas rusas de bombardear las instalaciones como una provocación. Ambos países, en conversaciones separadas con funcionarios estadounidenses, han manifestado su disposición a acordar una moratoria sobre los ataques a infraestructuras energéticas, aunque Rusia rechazó una propuesta de alto el fuego más amplio por 30 días.
La Fuerza Aérea ucraniana informó que Rusia lanzó 214 drones durante la noche, de los cuales 114 fueron derribados y otros 81 fueron “neutralizados” mediante guerra electrónica. No se especificó cuántos de estos drones tenían como objetivo Odesa.

Mientras tanto, el presidente Trump ha reiterado en varias ocasiones que las fuerzas ucranianas están completamente rodeadas en Kursk, una afirmación que ha sido desmentida por las agencias de inteligencia de Estados Unidos, incluyendo la CIA. Según funcionarios familiarizados con estos informes, las tropas ucranianas enfrentan una fuerte presión, pero no están cercadas. Analistas consideran que las declaraciones de Putin, que sugieren que las tropas ucranianas deben “rendirse o morir”, buscan influir en las negociaciones de un posible alto el fuego y proyectar una imagen de concesión por parte de Moscú.
El Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), con sede en Estados Unidos, indicó que no hay evidencia geolocalizada que respalde la afirmación de que las fuerzas rusas hayan rodeado un número significativo de tropas ucranianas en Kursk o en otras áreas del frente.
En los próximos días, delegaciones de Ucrania, Rusia y Estados Unidos tienen previsto reunirse en Arabia Saudita para discutir los términos de una posible tregua parcial, centrada en la protección de infraestructuras energéticas.
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