El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, rechazó la propuesta del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre un posible control estadounidense de la central nuclear de Zaporizhia, actualmente ocupada por Rusia, enfatizando que la instalación “debe seguir siendo ucraniana” y que cualquier solución debe respetar la soberanía del país.
Según la Casa Blanca, Trump y Zelenski discutieron la idea de una “propiedad estadounidense” sobre centrales nucleares ucranianas, pero, sin embargo, el mandatario ucraniano aclaró que el diálogo se centró exclusivamente en Zaporiyia y negó que la transferencia de propiedad haya estado en discusión.

En teoría, el control estadounidense de la central de Zaporiyia podría suponer un beneficio para Kiev, al acelerar la recuperación de un territorio ocupado por Rusia y reforzar la infraestructura energética ucraniana, por lo tanto, el secretario de Estado Marco Rubio, y el asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca, Michael Waltz, argumentaron que “la propiedad estadounidense de las centrales nucleares ucranianas sería la mejor protección para esa infraestructura”.
Pese a descartar la posibilidad de ceder el control de la planta, Zelenski dejó abierta la puerta a una colaboración con Washington para su recuperación: “Estados Unidos quiere liberarla de manos de los rusos e invertir en su modernización. Ese es un tema aparte, que permanece abierto a debate”, señaló.
Un riesgo latente en la guerra
La central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa, está bajo ocupación rusa desde marzo de 2022 y ha dejado de operar desde entonces, lo cual ha generado constantes advertencias del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y del gobierno ucraniano sobre el riesgo de una catástrofe nuclear.
Ucrania, con su historial de desastres nucleares, como el de Chernóbil en 1986, mantiene una política de seguridad estricta en este sector, con su infraestructura nuclear dependiendo de la empresa estatal Energoatom, que en los últimos años ha reforzado la cooperación con empresas extranjeras, incluida la estadounidense Westinghouse.

No está claro si Trump también planteó la cuestión de Zaporiyia en su reciente conversación con el presidente ruso, Vladímir Putin, ni los comunicados oficiales de Washington ni los del Kremlin hicieron referencia al tema.
Tampoco se ha definido cómo el control de la central nuclear beneficiaría a Estados Unidos, auqnue Rusia ha insinuado que planea reactivarla, expertos ucranianos han advertido que reiniciar sus reactores podría ser peligroso debido a los daños sufridos y a la falta de agua tras la destrucción de la presa de Kakhovka.
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