China evitó confrontar con Estados Unidos luego de una llamada entre el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi y su contraparte de Venezuela, Yvan Gil. Aunque el país caribeño es un aliado incondicional de la potencia asiática, Pekín calcula milimétricamente sus palabras de apoyo, en un contexto de mayor armonía comercial con la administración de Donald Trump.

China evita confrontar con Estados Unidos por Venezuela
La comunicación entre los funcionarios de China y Venezuela se produjo mientras el régimen de Caracas solicita una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) para tratar su situación. Actualmente, la presión de Estados Unidos se tradujo en un bloqueo naval que impide la entrada y salida de buques cisternas, transporte del crudo con el que sustenta su economía.
El medio chino estatal en español CGTN aseguró que la petición para la llamada surgió por parte de Gil, y que una vez efectuada la comunicación “el canciller venezolano informó a Wang sobre la situación de su país ante el despliegue aéreo y naval estadounidense en aguas caribeñas, y el reciente bloqueo impuesto por el presidente Donald Trump a todos los petroleros que entren y salgan de Venezuela“. Sin confrontar directamente, desde la cartera que dirige Wang Yi recordaron que “China y Venezuela son socios estratégicos”, y añadió que “China se opone a cualquier medida de acoso unilateral y defiende el derecho de Venezuela a cooperar con otros países”.

La sutileza de las palabras chinas evidencia la encrucijada en que se encuentra Pekín con el caso de Venezuela, un país al que ha financiado a lo largo de años a cambio de acceso a su petróleo. Sin embargo, el aquietamiento de la frenética guerra comercial que enfrentó al partido comunista chino con la administración republicana de Donald Trump parece haber dejado marcas, y el apoyo chino, aunque diplomáticamente correcto, no tiene la contundencia de una confrontación que pueda reavivar las tensiones entre las dos potencias.
Estados Unidos impone un bloqueo naval a todos los barcos petroleros de Venezuela
Como se mencionó, Estados Unidos aumentó su presión sobre Venezuela con un bloqueo marítimo a todos los barcos petroleros que parten del país sudamericano, claves en el financiamiento del régimen de Caracas. Se trata de la última medida con la que Donald Trump busca forzar la salida de Nicolás Maduro, mientras amenaza con que la opción militar sigue sobre la mesa.
El nuevo cerco en el Caribe se implementa con la flota ampliada que Estados Unidos amasó en la región desde septiembre, y que actualmente incluye un submarino de propulsión nuclear y doce navíos entre los que está el portaaviones USS General Ford, el más grande y moderno con el que cuenta la Armada estadounidense. Además de las aeronaves que pueden viajar en esta embarcación y las que están estacionadas en territorios cercanos como Puerto Rico -entre las que hay cazas F-35 y EA‑18G Growlers-, Washington D.C. también cuenta con una fuerza estimada en 15.000 infantes de marina para desplegar en la región.
Una muestra de cómo podría funcionar el bloqueo se dio a principios de mes, cuando fuerzas especiales de Estados Unidos interceptaron el buque petrolero Skipper cerca de la costa venezolana. La filmación desclasificada mostró como los efectivos norteamericanos realizaron un asalto en helicóptero sobre el barco, que fue incautado con una orden federal y tiene procedimientos legales pendientes que significaron la detención de su carga de crudo.
Te puede interesar: Satélites detectan al portaaviones USS Gerald R. Ford frente a Venezuela en plena escalada militar












